La popular y peligrosa medusa conocida como carabela portuguesa está de vuelta en la playa grovense de A Lanzada. Hoy fueron detectados los primeros individuos, por lo que pronto se puso en marcha un operativo para retirarlos de la arena.

Se encargaron de ello los efectivos del Servicio Municipal de Emergencias de O Grove, donde hacen un llamamiento a la población para que extreme las precauciones y evite tocar a estos animales.

También detallan en este departamento que, al menos de momento, “el número de carabelas portuguesas aparecidas es bajo, y no hay motivo para la alarma”.

Aunque no es menos cierto que los vientos e intensas corrientes que empujaron a estos individuos hacia la costa meca pueden traer más en los próximos días.

Ya sucedió en otras ocasiones

No es la primera vez, ni mucho menos, que esta medusa, también conocida como fragata portuguesa, recala en las playas grovenses. Sobre todo en las más batidas por el Atlántico, llegando a provocar el cierre de alguna de ellas cuando tales episodios tuvieron lugar en temporada de baño.

Esta especie, la Physalia physalis, también conocida como falsa medusa, es frecuente en mar abierto, dentro de las aguas cálidas del planeta, sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico.

Sin embargo, cuando se registran fuertes vientos del sur, como en las últimas semanas, puede ser empujada a aguas más frías, llegando a alcanzar la costa de O Grove, como volvió a suceder esta mañana.

¡No tocar!

De ahí que vuelva a pedirse a los ciudadanos que extremen las precauciones y que eviten tocar esta medusa, ni siquiera cuando ya está muerta, puesto que puede provocar graves problemas de salud.

Carabelas portuguesas recuperadas en A Lanzada, esta mañana. EMERGENCIAS O GROVE

Y es que se trata de una de las especies más tóxicas del mar, y si bien tiene la apariencia de una medusa, es, en realidad, un organismo colonial formado por múltiples individuos.

Características

Se caracteriza por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos y las mareas, mientras que de su cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que, extendidos, pueden llegar a medir hasta 50 metros.

Están provistos de cápsulas urticantes que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano, ya que su veneno tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, provocando un dolor muy intenso. Incluso se han registrado casos de muerte.

Lavar con agua de mar

Cabe incidir en que si alguien toca uno de estos organismos, debe lavarse la herida con agua de mar –nunca con agua dulce– o vinagre; además de evitar frotar la herida y retirar con mucho cuidado todo el material azul que deje sobre la piel.

También hay que tener muy presente que aún varios días después de la muerte del animal, las toxinas siguen activas, así que hay que tener cuidado con estos tentáculos cuando están en las playas o quedan adheridos a la ropa.