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La zona catastrófica por el incendio del monte Xiabre se convierte en papel mojado

Los ayuntamientos y las comunidades de montes afectadas no han presentado solicitud alguna de ayuda

Dos vecinos observan el avance de las llamas, en la madrugada del 5 de agosto. | // M.MÉNDEZ

La inclusión del incendio del monte Xiabre en el listado de “zonas catastróficas” aprobado por el Consejo de Ministros del 23 de agosto pasado fue recibida con alegría por los afectados, pues abría la puerta a la llegada de indemnizaciones con las que compensar las graves pérdidas que originó el fuego. Sin embargo, casi tres meses después de dicha declaración, ni los dos ayuntamientos afectados ni la comunidad de montes de Cea han tramitado solicitud alguna de indemnización por los daños.

“Nadie se ha dirigido a nosotros para indicarnos qué tenemos que hacer o qué podemos pedir”, manifestó el presidente de los comuneros de Cea, Julián Abuín. Los ayuntamientos de Caldas y Vilagarcía, por su parte, plantean que el fuego no causó daños significativos en bienes de titularidad municipal, de ahí que tampoco hayan tramitado solicitud alguna.

El incendio se originó en la parroquia caldense de Saiar a media tarde del 4 de agosto, y se extendió rápidamente por la ladera del monte Xiabre que corresponde a la parroquia de Cea. Cuando finalmente fue controlado, había quemado más de 500 hectáreas de monte, y había causado daños millonarios, puesto que solo la comunidad de montes de Cea los valoró en 600.000 euros. Pero a pesar de la entidad del incendio, la declaración de zona catastrófica no se ha traducido en solicitudes de indemnización al Gobierno central.

Los comuneros de Cea cargan agua para participar en los trabajos de extinción. | // NOÉ PARGA

Al menos, no las han pedido los dos ayuntamientos afectados y la comunidad de Cea, pero también podrían hacerlo otras personas o entidades afectadas.

Declaración del 23 de agosto

En el Consejo de Ministros del 23 de agosto se aprobó la declaración de “Zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil” (zona catastrófica) en aquellos territorios afectados por fuegos forestales que cumpliesen con una serie de requisitos, como el superar las 500 hectáreas de monte quemado o el de haberse declarado el nivel 2 de alerta por la proximidad del fuego a viviendas. Presumiblemente, el incendio de Xiabre cumplió ambos.

Técnicos y políticos, en el monte Xiabre a principios de agosto pasado. Noe Parga

La declaración de “zona catastrófica” permite acceder a ayudas directas para los afectados, así como a rebajas en el impuesto de bienes inmuebles y de actividades económicas. Otra puerta que se abre es la declaración de “zona de actuación especial”, que faculta al Gobierno central a intervenir directamente en la recuperación de un territorio.

Precisamente, el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, explica que esta es la ayuda que han tratado de gestionar para la parroquia de Saiar, pero según su versión se han encontrado con la oposición de la Xunta de Galicia a solicitarlo, pues según los técnicos autonómicos los daños no han sido tan graves. Lo que sí ha hecho el Concello caldense es aprobar una ayuda directa de 15.000 euros para la comunidad de montes de Saiar, para realizar trabajos de recuperación del monte y elaborar un estudio que sí pueda avalar la petición de que el Gobierno actúe en Xiabre directamente con sus medios.

Regeneración natural con hojas y helechos

Julián Abuín, presidente de los comuneros de Cea, cree poco probable que vayan a producirse escorrentías de tierra y ceniza. La hoja de los pinos quemados, que se desprendió poco después del incendio, ya hizo de primer efecto barrera, al que ahora se suman los helechos y otras plantas silvestres. De este modo, parecen confirmarse las tesis tanto del propio Abuín como de los técnicos del Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, que tras visitar el terreno habían llegado a la conclusión de que el suelo apenas estaba afectado y que regeneraría de forma natural. En su informe, ya apuntaban a que la recuperación se produciría mediante la creación de un manto de hojas natural. Esto no supone, de todos modos, que el bosque vaya a recobrar en poco tiempo su biodiversidad.

Julián Abuín explica que en la zona que se quemó tenían una plantación de pinos jóvenes, y que habrá que plantarlos de nuevo, puesto que aún no producían piñas. El incendio también ha supuesto un gravísimo contratiempo para los aficionados a la caza, que durante tres años no podrán entrar en esa zona ni siquiera con los perros. El incendio se propagó por una extensión de unas 200 hectáreas de monte comunal de Cea, y en un primer momento la comunidad de vecinos valoró las pérdidas en unos 600.000 euros. Los expertos del CIF de Lourizán visitaron Xiabre el 9 de agosto, apenas unos días después del fuego, por si podían producirse arrastres de tierra y ceniza hacia los arroyos o incluso al embalse de Castroagudín, del que se abastece buena parte de Vilagarcía.

Después de dos días de trabajo, la conclusión que alcanzaron los técnicos fue que, dentro del grave daño que siempre supone que el monte arda, “el nivel de afección no es tan alto en el suelo en la mayoría de la superficie afectada por el incendio”, indicaron. También se pudo comprobar que “la zona arbolada, principalmente eucalipto y pino, conserva casi toda su hoja” y que “lo normal es que esas mismas hojas sirvan de manto natural al caer”.

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