Los boleros y habaneras que el grupo vilagarciano Arosa Bay ofrece esta tarde en A Illa estarán dedicados a Merchi Álvarez quien en estos momentos se encuentra en Corea recibiendo su vital tratamiento para frenar la AME (Atrofia Muscular Espinal) que la hace depender de una silla de ruedas, según explicaron a los organizadores de este concierto solidario.
La actuación será a las ocho de la tarde de hoy sábado en el Auditorio de A Illa donde se espera un lleno absoluto tanto por escuchar la música de uno de los grupos de más solera y prestigio de Vilagarcía como por la causa solidaria a la que se dedica.
Los integrantes de Arosa Bay se muestran especialmente ilusionados por contribuir a sufragar el tratamiento de la cambadesa, presidenta de GaliciAme, quien en los últimos meses ha logrado reunir otros 34.000 euros para pagar su tratamiento médico experimental, aunque todavía necesita casi otro tanto para las siguientes fases del proceso de curación.
De ahí que Arosa Bay entienda que toda ayuda es poca; de modo que invitan a todos los isleños y al público en general a llenar el Auditorio para que la recaudación obtenida contribuya a la financiación completa.
Cabe recordar que Merchi Álvarez ya recurrió a la solidaridad de sus vecinos para su primera experiencia clínica en Corea, cuyos resultados fueron muy visibles una vez que regresó a su domicilio de Cambados.
De hecho, la cambadesa que llevaba varios años sin poder moverse por sí sola y precisaba una silla eléctrica, consiguió volver a ponerse de pie, una eficacia que sorprendió en cierto sentido a los médicos que la tratan en Galicia.
La enfermedad que sufre es compleja pues no existen tratamientos que sean efectivos en España, por lo que su deterioro se presume progresivo hasta la pérdida absoluta de movilidad. La propia presidenta de GaliciAme reveló que los músculos de todo el cuerpo se atrofian y que al final del proceso el único movimiento posible lo hace la lengua; de ahí el gesto de mostrarla entre los labios en las campañas de divulgación de la enfermedad.
La grave situación que atraviesa le ha permitido conquistar muchos corazones en todos los colectivos vecinales o artísticos. El propio Antonio Resines apadrinó su causa durante un año tras conocer a la mujer por casualidad en un viaje.
