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¿Qué propuestas plantean los ecologistas para Areoso?

El colectivo de O Salnés entiende que se debe variar el período de la temporada alta y pide que se limite la velocidad de las embarcaciones | Reclama que se intensifique la vigilancia

Imagen de Areoso, un entorno natural que la Xunta quiere regular para su preservación. Iñaki Abella

El Colectivo Ecoloxista de O Salnés se ha sumado a las alegaciones contra el Plan de Usos del islote Areoso y todo su entorno al entender que la regulación no contempla una serie de protecciones que considera claves para preservar el ámbito natural en toda esa zona. Las alegaciones hacen hincapié en seis puntos en los que cojearía el documento diseñado por la Consellería de Medio Ambiente y que cuenta con el beneplácito del Concello de A Illa y de la Cofradía.

Para los ecologistas, el primero de los aspectos a reforzar en el documento es la fijación del período de temporada alta. En la orden la Xunta propone que los períodos de máxima afluencia sean Semana Santa y del 15 de mayo al 30 de septiembre. Esa decisión “no confluye con el objetivo de proteger las áreas de cría”. Un ejemplo de ello es el Plan de Conservación del chorlitejo patinegro en el que Areoso está definido como área prioritaria de conservación. En ese plan de conservación se especifica que el período de cría de estas aves es del 15 de marzo al 15 de julio, lo que significa que “durante dos meses coincidiría el período de mayor afluencia con el período de cría, algo que no se entiende muy bien”. Para el CES la temporada alta debería fijarse entre el 15 de julio hasta el 30 de septiembre, ampliando hasta finales de octubre, asegurándose de que no se afecta a la avifauna.

Los ecologistas también creen que la orden de la Xunta debería aportar más claridad en la metodología que se pretende aplicar en el proceso de autorizaciones de los fondeos y atraques de embarcaciones y como se va a contabilizar la llegada de personas. Tampoco se explica en el Plan de Usos como se van a regular las entradas de visitantes a través de empresas de transporte náutico que nunca fondean.

Con respecto a las cotas de los fondeos, atraques y cupo de personas, el CES entiende que la Xunta debería haber aportado el estudio de capacidad de carga de visitantes a Areoso, en el que supuestamente se basan para establecer el número máximo. “Al no disponer de esos estudios, se le niega a la ciudadanía poder dar una opinión fundamentada de si estos números son o no los adecuados”, explican.

Fondos de Maërl

En el borrador de la orden al que han tenido acceso los ecologistas tampoco se aporta cartografía ni de los fondos marinos, ni de los hábitats terrestres, “información que creemos que debería figurar, pues sobre ella se debe fundamentar la ordenación del uso público de la isla, objetivo principal de la orden”. No en vano, los ecologistas destacan la presencia de fondos de Maërl, ricos en biodiversidad y excesivamente frágiles al impacto de las anclas, motivo por el cual “creemos conveniente tenerlos en cuenta a la hora de establecer dichas zonas de fondeo”.

También consideran que se debería acotar la zona de atraque a la parte norte-noreste de Areoso, la costa más arenosa, para evitar posibles molestias a la avifauna que cría o reposa en la costa rocosa del norte de la isla y en piedras cercanas.

Otro de los puntos en los que se incide es en la velocidad de navegación en el entorno de la isla de Rúa y de los Guidoiros que, bajo el punto de vista de los ecologistas, debe ser regulada, prohibiendo que se navegue a más de tres nudos. Limitar la velocidad en todas esas zonas minimizaría los impactos ocasionados por la navegación en las aguas de la zona, desde ruidos a contaminación por hidrocarburos, pasando por el estrés que se le provoca a la fauna marina y a la avifauna.

Mayor información

El intento de regulación que está realizando la Xunta con Areoso y todo su entorno es algo que desde el CES se ve como “muy positivo”, pero consideran que también es importante invertir en la información ciudadana y en la señalización, tanto marina como terrestre. “Informar a los visitantes a través de carteles de la normativa, sobre los valores que se protegen, restaurar el vallado que impide el paso a la duna en Areoso y en la parte sur de A Illa, colocar paneles en los muelles y restringir o prohibir el desembarco en los sitios adecuados, son solo algunas iniciativas que se podían poner en marcha en paralelo con la aprobación de la orden”.

Una de las cuestiones fundamentales para garantizar la protección del islote es que se intensifique la vigilancia, dotando de medios y personal a tal efecto, para controlar el cumplimiento de las medidas y, sobre todo, para evitar desmanes, como atraques o fondeos de embarcaciones sin autorización o desmanes como el que ocurrió en 2018, cuando un vilanovés se dedicó a pasear por el islote con un quad anfibio.

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