Cada vez son más los mariscadores de a flote (rañeiros) arousanos que se desplazan a la ría de Muros-Noia para trabajar.
Según los datos oficiales de la cofradía de pescadores San Bartolomé –una de las más importantes de Galicia–, son 138 los trabajadores de Arousa que se desplazan cada mañana en sus coches hasta el puerto noiés de O Testal para enrolarse allí a bordo de las lanchas que han alquilado o comprado –a precios desorbitados– para poder largar sus raños.
Aunque pueden ser varias decenas más, teniendo en cuenta también que hay rañeiros arousanos trabajando como asalariados o jornaleros a bordo de las lanchas de Noia.
Según los propios mariscadores arousanos, algunos trabajando allí desde hace una década, en la presente campaña podrían ser entre 150 y 200 los vecinos de Arousa Norte (Barbanza) y Arousa Sur (O Salnés) implicados en la campaña noiesa.
“Solo de A Illa somos alrededor de veinte –explicaba uno de ellos mientras descargaba sus capturas en la lonja de O Testal–, pero también hay muchos que vienen desde Cambados, Vilanova y Vilaxoán (Vilagarcía)”.
Todos los consultados coinciden en que lo hacen porque “la ría de Arousa está muerta, o a punto de morir, y trabajar en ella supone un esfuerzo mucho mayor para obtener una rentabilidad escasa, a veces ridícula o inexistente”.
Lo que quieren decir es que “Arousa ha dejado de producir como producía y campañas como la del libre marisqueo son un absoluto fracaso desde hace años”, tal y como se ha denunciado a través de FARO en multitud de ocasiones.
Circunstancia, por cierto, que confirma ahora la asociación de Rañeiros da Ría, participada por las cofradías de Cambados, A Illa, Vilanova y O Grove y encargada de gestionar el libre marisqueo en Arousa.
Después de haber negado en varias ocasiones el fracaso de su modelo, Rañeiros da Ría comunica ahora su interés porque la campaña iniciada el pasado día 3 no se prolongue hasta finales de marzo, sino que plantea suspenderla el 1 de enero de 2023.
Una suspensión que se antoja lógica, teniendo en cuenta la improductividad de bancos marisqueros como O Bohído, Cabío y Os Lombos do Ulla, tres de las zonas comunes de la ría que, como se dijo tantas veces, son de todos, pero no son de nadie.
De ahí que no se cuidaran convenientemente y ahora estén muertas, como demuestran los datos diarios de capturas y de afluencia de naves.
Es por el estrepitoso fracaso de ese modelo, la muerte del libre marisqueo y el lento agonizar de otros muchos bancos –traducido todo ello en la práctica desaparición del berberecho y la escasez de almeja–, que los arousanos apuestan cada vez más por irse a Noia.
Algunos no dudan en hacer más de una hora de viaje en sus coches. A veces en condiciones meteorológicas muy complicadas y gastando una buena cantidad de dinero en combustible –126 kilómetros de ida y vuelta entre A Illa y O Testal–, para subirse a las lanchas que alquilan o compran en Noia, O Freixo, Muros, Outes, Porto do Son y otros lugares de la más alta de las Rías Baixas.
Un desplazamiento que, aducen los consultados, vale la pena, ya que “en Arousa no tenemos nada que rascar”.
Citan como ejemplo que en la lonja de O Testal el berberecho puede cotizar estos días a precios máximo de entre 12 y 21 euros, mientras que en Arousa ese “primer mío” apenas alcanza los 3 euros por kilo.
Mejores cupos
Además, en la ría de Muros-Noia salen a faenar estos días alrededor de 1.500 mariscadores de a flote que pueden tener topes de hasta 40 kilos de berberecho por persona y día. Además de 3 kilos de almeja japónica y babosa, junto a 2 kilos de almeja fina, por mariscador a bordo.
Cupos que alcanzan con relativa facilidad, mientras que en Arousa la captura máxima diaria permitida es mucho más reducida, y ni así se logra, o se alcanza con enormes dificultades, porque no hay marisco.
Son solo algunas de las razones de la fuga de rañeiros a Noia, donde incluso hay arousanos que ejercen de mariscadores por la mañana y son compradores cuando llega la subasta vespertina.
Compradores arousanos
Unas operaciones que tanto en O Testal como en O Freixo reúnen también un creciente número de empresarios de Arousa –depuradores, placeros y demás– que compran allí almeja y berberecho para venderlo al día siguiente en las plazas de abastos y pescaderías de O Salnés.
“Mientras no se regenere la ría de Arousa todo irá a peor, ya que hay una contaminación enorme y no se están haciendo las cosas bien desde las cofradías”, insisten los rañeiro arousanos en Noia.
Sulfatos y vertidos
“Los sulfatos que llegan a la ría desde los viñedos, las fábricas que siguen provocando vertidos de todo tipo y las aguas fecales que no cesan” son otros ejemplos a los que aluden cuando se les pregunta el por qué de la desaparición del marisco en zonas como las de libre marisqueo.
“Hay que trabajar más y mejor los bancos marisqueros, limpiarlos, dragar y resembrar”, aducen algunos de ellos.
Lo hay que ponen como ejemplo a la cofradía noiesa, donde tienen “una forma de trabajar totalmente distinta”.
Prueba de ello es el buen funcionamiento de la depuradora de moluscos de que dispone en el edificio de la propia lonja, donde se vende directamente tanto la almeja procedentes del marisqueo a pie y a flote como su producto estrella, el “Berberecho de Noia”, provisto de una marca propia de calidad y diferenciación que lo hace único, como sucede con la “Almeja de Carril” o el “Centollo de O Grove”.
Laboratorio propio
Tampoco hay que olvidar que la cofradía noiesa dispone de laboratorio propio para mejorar el control de calidad de los productos y la organización de la actividad extractiva.
Empezamos siendo apenas una docena de mariscadores de A Illa, Cambados y Vilaxoán los que veníamos a trabajar a la ría de Noia, pero ahora ya somos alrededor de 150
Además, dispone de un parque móvil formado por decenas de vehículos y una plantilla de personal que, solo en las labores vinculadas a la lonja, la depuradora y los bancos marisqueros puede rondar el medio centenar de personas en activo cada mañana.
A esto se suman la existencia de vestuarios para los mariscadores de a pie en playas como la de O Testal y un estricto control del furtivismo, tanto en esa rica zona marisquera como en otras.
Es por todo ello que “empezamos siendo apenas una docena de mariscadores de A Illa, Cambados y Vilaxoán los que veníamos a trabajar a la ría de Noia, pero ahora ya somos alrededor de 150, y hay muchos más interesados en dar el paso que están buscando la forma de conseguir lanchas para hacerlo”, sentencian los rañeiros de Arousa que se han visto forzados a “emigrar” a O Testal.
Embarcaciones en alquiler por 8.000 euros; a la venta por 120.000
Para entender esta situación hay que tener presente que en el marisqueo a pie el permiso de explotación es personal, mientras que en el de a flote, corresponde a la embarcación.
De ahí que los arousanos puedan desplazarse a rías como la de Muros-Noia y trabajar en sus aguas con naves allí censadas.
“Un modelo de trabajo ejemplar”
Más de 35.000 toneladas de bivalvos vendidas por valor de 246 millones de euros. Es el balance de las dos últimas décadas que presenta la lonja de Noia, donde en los cinco primeros días de la presente campaña se subastaron 216 toneladas (1,3 millones de euros) de las que 195 correspondieron al berberecho, que llegó a marcar un precio máximo de 21 euros por kilo.
No es de extrañar que algunos mariscadores arousanos achaquen a la cofradía de Noia “un modelo de trabajo ejemplar”.
Para conseguirlo, algunos optan por alquilar barcos en aquellos puertos, mientras que otros deciden comprar lanchas con las que practicar el marisqueo a flote en las concesiones noiesas y/o muradanas.
Es una forma de consolidar el proceso migratorio o fuga de los rañeiros arousanos que, como ha explicado FARO en repetidas ocasiones, no deja de ir a más.
Y eso a pesar de los costes prohibitivos que se manejan ahora, ya que algunos armadores noieses, sabedores del creciente interés de los mariscadores arousanos por irse a aquellas aguas, piden cada vez más dinero.
"Abren la boca en exceso"
“Algunos abren la boca en exceso pidiendo cantidades de dinero desorbitadas”, explican rañeiros de A Illa, Vilagarcía y Cambados.
Prefieren no decir cuánto pagaron o pagan ellos por esos alquileres y compras de naves, pero sí confirman que “en caso de querer alquilar una lancha para trabajar en Noia hay que preparar una buena cantidad, ya que ahora se están pidiendo hasta 8.000 euros por lancha y campaña marisquera, mientras que por la venta ya hay quien pide hasta 120.000”.
Sucede tanto en el puerto de O Testal como en O Freixo, Serra de Outes, Esteiro y otros puntos de la ría muradana, aseguran los arousanos.
“Claro que nos compensa, porque Arousa ya no produce –añaden–, y por eso algunos llevamos aquí tanto tiempo”.
Pero también es cierto que “es un riesgo enorme, porque si pagas 8.000 euros de alquiler para trabajar toda la campaña no vas a recuperar ese dinero ni a ingresar nada si se cierran los bancos marisqueros a causa de las biotoxinas o si muere todo el marisco debido a las riadas u otras causas”.
Dicho de otro modo, que es una inversión muy fuerte “que está en el aire y puedes perder si las cosas van mal”.
