Con una simple frase resume Juan Prieto Cacabelos “Pichi” la emoción que siente al haber entrado en el país y saberse cada vez más cerca de la meta de su etapa solidaria más importante, con nada menos que 5.300 kilómetros (puede que vayan a ser algunos más) subido a su bicicleta.

“Muy buenos días, ya ruedo por España”, proclamaba el solidario ciclista grovense a través de las redes sociales a eso de las ocho de esta mañana.

Lo hacía tras completar ayer, extenuado, la última etapa de su peregrinar por Francia, realizada entre la localidad francesa de Mimizan y la localidad vasca de Irun, después de haber atravesado el país y tras pisar también Noruega, donde comenzó la ruta en el fiordo de Trondheim, Suecia, Dinamarca y Alemania.

A pesar del cansancio, acertaba a explicar anoche, antes de acostarse, que esta última etapa en Francia “no podía terminar de mejor manera”, aludiendo así a “la calma interior de los bosques, su silencio y la sensación de tranquilidad”.

Una experiencia que, “alejada del ajetreo y el bullicio del mundo, nos da pie a reflexionar sobre los kilómetros recorridos, antes de entrar en las playas costeras y turísticas de la costa atlántica francesa”.

A lo que añadía: “La felicidad y la ansiedad de entrar en España marcó un poco la etapa”.

¿Pero quién es Pichi? Muchos lo conocerán ya, puesto que FARO DE VIGO hace un seguimiento especial de su solidario peregrinar desde que lo inició, hace ya más de un mes, en Noruega.

Para aquellos que no sepan de él, decir que es un vecino de O Grove que se ha dispuesto a realizar 5.300 kilómetros subido a su bici para recaudar fondos con los que contribuir a la lucha contra el cáncer.

En ocasiones anteriores ya rodó desde Roma y por diferentes puntos de España para solidarizarse con la causa de Cáritas y la asociación Anduriña de ayuda a personas con discapacidades. Esta vez se esfuerza para ayudar a la delegación en O Grove de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Quiere recaudar fondos, pero también dar visibilidad a la enfermedad y mostrar su solidaridad con los enfermos y sus familiares.

Unos objetivos que está consiguiendo con cada pedalada y al tiempo que, allí por donde va, muestra en las redes sociales imágenes de la zona y vídeos de interés turístico y cultural, con lo que contribuye a despertar mayor interés, si cabe, por su peculiar peregrinar sobre dos ruedas hacia Santiago.

Ya en territorio nacional, Pichi insiste en llamar a la colaboración de los ciudadanos, quienes apadrinar kilómetros de este recorrido, a partir de un euro, a través del enlace www.migranodearena.org/widget/pedaleando-contra-el-cancer.

Si lo prefieren, pueden ingresar sus donativos directamente en la entidad crediticia Abanca, con la referencia “Pedaleando contra el cáncer” y la cuenta ES76-2080-5401-5430-4020-3035.

"Pichi": 5.300 kilómetros dando pedales contra el cáncer

"Pichi": 5.300 kilómetros dando pedales contra el cáncer Manuel Méndez

No hace mucho Pichi posaba al lado de la Torre Eiffel y de la escultura que homenajea al tenista español Rafael Nadal en la cuna del tenis en tierra batida, Roland Garros.

Eran, junto a la avenida de los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo o la catedral de Notre-Dame, algunos de los escenarios fotografiados por Juan Prieto Cacabelos “Pichi” tras completar 3.000 kilómetros subido a su bicicleta, de nombre “Pichochas”.

El meco ante la escultura de Rafael Nadal, en Roland Garros. FdV

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Le quedan por delante aún 2.500 kilómetros más, siempre con la mente puesta en alcanzar la catedral de Santiago y volver a casa sabiéndose vencedor de otra de las etapas más importantes y solidarias que se pueden realizar.

Y es que este incansable ciudadano, que ya recaudó fondos pedaleando desde Roma, por citar solo otro de sus retos, “cabalga” ahora desde Noruega para dar visibilidad a la enfermedad del cáncer y recaudar dinero para ayudar a los enfermos y sus familiares.