Meloxo (O Grove) y O Xufre (A Illa de Arousa) son dos de los puertos más importantes de Galicia, sobre todo en lo que se refiere a actividad marisquera y acuícola.
Y no solo lo son por dar cabida a cientos de embarcaciones –300 de ellas auxiliares de acuicultura–, sino también por la gran cantidad de operaciones de descarga de mejillón, algas, navajas y otras especies que se llevan a cabo en estas instalaciones portuarias.
A pesar de esa relevancia, y de que el ente público Portos de Galicia sigue desplegando acciones con las que tratar de potenciarlos, el puerto meco ya se quedó sin gasolinera, mientras que el isleño va camino de correr la misma suerte.
La razón no es otra que el vencimiento de sus concesiones. Hay que tener en cuenta que la estación de servicio de Porto Meloxo tenía permiso desde el 27 de junio de 1994 hasta el 6 de julio de 2019. Es decir, que había caducado hace ya tres años.
La gasolinera del muelle de A Illa, por su parte, tiene validez desde el 17 de abril de 1990 hasta el 20 de julio de 2022, lo que supone que venció hace tres meses.
Quizás por eso sigue abierta, mientras que la de Meloxo fue cerrada y precintada con fecha del pasado 6 de octubre, en cumplimiento de un auto emitido el 26 de julio por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Pontevedra.
Dicho auto da la razón a Portos de Galicia, que de este modo pudo proceder a recuperar la instalación tomando posesión de la misma y precintándola.
Algo que puso en conocimiento de la empresa distribuidora de carburantes marinos que figuraba como adjudicataria, instándola a “retirar todo el material de su propiedad que se encuentra en el interior de la instalación”.

El citado ente público, dependiente de la Consellería do Mar, le dio por ello un plazo de diez días, advirtiendo de que, en caso de incumplimiento, el material podría ser retirado de manera subsidiaria por la propia Administración.
Este departamento, que preside Susana Lenguas, también advirtió a la concesionaria de que acceder al interior de la instalación sin permiso previo de los guardamuelles “puede ser constitutivo de un delito de desobediencia a la autoridad judicial”.
Y así se hace constar en el precinto que se ve en la puerta de la vieja gasolinera, ahora con los surtidores precintados con cintas plásticas con el logotipo de Portos de Galicia.
Preocupación y declive
Lo cierto es que hace días se explicaba en FARO que en Meloxo se están construyendo las naves de dos empresas que van a fortalecer esta importante zona portuaria. Pero ahora que se ha cerrado la gasolinera, en el sector bateeiro creen que “se está dando un paso atrás enorme”, por lo que piden a Portos que acelere el proceso –ya está en ello– para sacar nuevamente a concurso esta concesión.
“No tenemos calado suficiente, no se ha ampliado el dique de abrigo y ahora nos quedamos sin gasolinera”, lamentaban ayer los mejilloneros de Meloxo, donde se asienta la sede de una cooperativa tan importante como Amegrove.
El libre marisqueo sigue sin carburar
También en relación con el sector del mar, decir que la campaña de libre marisqueo sigue sin funcionar en la ría de Aousa como desearía el sector, por lo que, como se explicó en ocasiones anteriores, irá a menos muy pronto, en cuanto se agote el poco marisco que ha y en el momento que remita la toxicidad en Noia y comience allí la campaña, ya que en ese momento muchos mariscadores de Arousa se desplazarán a aquella ría para intentar salir a flote.
Aunque hay dirigentes como Carmen Vales, patrona mayor de Vilanova (en funciones) e integrante de la directiva de Rañeiros da Ría, que niegan la mayor, en el sector insisten en criticar la gestión realizada por esa entidad.
Lo único cierto es que, de los datos que se aportan a diario a la Xunta se desprende que ayer se despacharon 457 barcos para libre marisqueo; cantidad que está muy por debajo de la que se alcanzaba los años de bonanza.
En concreto, fueron 299 para Os Lombos do Ulla, 72 para O Bohído, 27 para faenar en Cabío y 59 con permiso par largar el “raño” en las denominadas “otras zonas”.
Lo que está sucediendo es que hay mariscadores de a flote que prefieren dedicarse a otras cosas porque saben que el libre marisqueo va a menos.
Tanto es así que los mariscadores, depuradores de moluscos y vigilantes de diferentes cofradías de pescadores confirman que “muchos de los rañeiros están volviendo a casa sin haber alcanzado el cupo o empleando tres veces más de tiempo y de esfuerzo para conseguirlo”.