Hace apenas tres semanas los vilagarcianos se llevaban un susto enorme tras registrarse una explosión y un pequeño incendio en el bajo de un bloque de edificios repleto de viviendas, bares y locales comerciales de la calle Castelao, en pleno centro urbano.
Esta mañana han vuelto a saltar todas las alarmas porque se han registrado hechos similares, con un incendio en un bajo habitado de un edificio de la calle López Ballesteros, que avanza desde el entorno del consistorio y la estación de autobuses hacia A Torre y Berdón.
Un vial, dicho sea de paso, que permaneció cerrado al tráfico, completamente ocupado por los vehículos de emergencias, mientras se controlaba la situación y se procedía a asegurar la zona.
Las sirenas y luces de los vehículos de Bombeiros de Vilagarcía, Servicio Municipal de Emergencias y Policía Local volvieron a sobresaltar a los ciudadanos.
Sobre todo, a los moradores de ese edificio, quienes salieron a las ventanas alarmados por el ruido y la intensa humareda negra procedente de la planta baja.
Ciudadanos que alertaron a las fuerzas de seguridad y emergencias, denunciaron públicamente lo sucedido y condenaron enérgicamente los hechos, alegando que “el día menos pensado va a ocurrir una verdadera desgracia”.
Esta vez, afortunadamente, no hay que registrar víctimas, ya que el único morador de la vivienda en la que se produjo el incendio salió ileso al exterior, al igual que su mascota, a la que tuvo en brazos mientras los bomberos se ocuparon de garantizar que todo estaba controlado.

Concretan los servicios de emergencias y la policía que todo se limitó a daños materiales en la vivienda afectada y que el fuego se concentró en la zona de la cocina.
Pero el susto no se lo quita nadie del cuerpo a cuantos residen cerca, o encima. Ni a aquellos que escucharon las sirenas cuando aún empezaba a amanecer en Vilagarcía, cuando pasaba un poco de las ocho y media de la mañana.