No es la primera vez que ocurre algo así. Pero la realización de obras en calles del centro urbano próximas parece haber multiplicado el número de vehículos que invaden las calles peatonales que dan acceso al colegio de la Sagrada Familia, en el entorno del pazo y el convento de Vista Alegre (Vilagarcía).
Son los propios padres de alumnos los que denuncian la situación y se enfrentan a otros que acuden al lugar con sus turismos “y parecen querer meterlos en la puerta del colegio, con el peligro que esto entraña”.
Relatan los progenitores que la invasión de vehículos no solo entorpece el paso, sino que entraña un considerable peligro cuando algunos conductores maniobran para aparcar lo más cerca posible del centro educativo o para abandonar la zona.
Unas complicaciones que se agravan cuando llueve, como sucedió el lunes, y los martes, ya que la celebración del mercadillo ambulante limita mucho más los movimientos.
Ayer, sin ir más lejos, había decenas de coches estacionados en la parte alta del colegio, es decir, en la subida de Vista Alegre desde el pazo hacia O Piñeiriño.
Pero el día anterior, como tantos otros, esa masificación de automóviles era notoria en la parte baja del propio pazo y del convento, entre el río Con y la plaza de abastos.
“Es una situación insostenible, ya que mientras algunos acudimos al colegio andando para dejar a nuestros hijos, aún teniendo que dejar el coche muy lejos, otros quieren meterse con los suyos hasta la entrada del centro, y el día menos pensado van a atropellar a alguien”, proclaman los denunciantes de la situación.
Es cierto que en ocasiones –las menos– hay agentes de la Policía Local en el entorno. Y a veces incluso estando los municipales en el lugar hay automovilistas que acometen igualmente las operaciones de “carga y descarga” de sus hijos, mochilas y demás.
Los padres que protestan piden que se evite el paso de vehículos o, en caso contrario, que se habilite una zona exclusiva para que maniobren y aparquen sin molestar a los demás ni ser una amenaza cuando esos padres llevan a sus hijos al cole.
Y es que “tal y como están ahora las cosas, es como si imperara la ley de la selva, de ahí que algunos incluso dejen sus vehículos estacionados en zona peatonal durante toda la mañana”, como se apreció ayer.
