La Xunta de Galicia, que ha contactado por idéntico motivo con otros colectivos e instituciones, busca apoyo en el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por las siglas en inglés de Bottlenose Dolphin Research Institute).
Lo hace con la esperanza de que los conocimientos científicos del centro, asentado en O Grove y dirigido por el biólogo ferrolano Bruno Díaz, puedan ayudar a entender el comportamiento de las orcas que, frente a la costa gallega, interactúan y causan daños en diferentes tipos de embarcaciones, con especial intensidad en el caso de los veleros.
El propio Bruno Díaz López, doctor por la Universidad de Burdeos y director del BDRI, acumula una notable experiencia, tanto estudiando a los mamíferos marinos gallegos desde hace más de una década como desplegando diferentes proyectos en aguas del Mediterráneo y en Emiratos Árabes.

Además, fue el encargado de dirigir el programa “Balaenatur” durante dos años; un ambicioso trabajo centrado en el estudio de las ballenas en Galicia y financiado por el Gobierno de España a través de la Fundación Biodiversidad.
Ahora es la Xunta la que recurre al BDRI y a Bruno Díaz, que en próximos días serán reconocidos con las “Centollas de Oro” de la Festa do Marisco de O Grove y que el año que viene organizan en O Grove la Conferencia Europea sobre Cetáceos.
En la Consellería do Mar, explican que buscan su apoyo porque, a través de Portos de Galicia, dicho departamento “está trabajando en la búsqueda del mayor conocimiento posible del comportamiento de las orcas, con la finalidad de determinar líneas de actuación para minimizar las interacciones de estos animales en la navegación de embarcaciones a vela y aumentar la seguridad”.
De ahí que Susana Lenguas, la presidenta del ente público Portos de Galicia, se reuniera con el director y técnicos del BDRI para transmitirles tanto su preocupación, ante la situación creada, como su interés por “avanzar en la investigación” y mejor conocimiento de las orcas gallegas, tratando de entender y prevenir su impacto en la actividad náutico-recreativa de la comunidad.

Se hace así tras constatarse que la preocupación de los navegantes por la presencia de orcas va en aumento, con el riesgo que esto conlleva para la economía de los municipios en los que se ubican los principales puertos recreativos de Galicia.
Y partiendo siempre de la base de que la interacción de las orcas con los navegantes se considera como un juego de los cetáceos “en su aprendizaje como depredadores”, considera el director del BDRI.

Lo que pretende la Administración es, a grandes rasgos, encontrar explicaciones y “posibles herramientas que trasladen calma al sector” para evitar que la presencia de las orcas repercuta “en los tránsitos y el turismo náutico”, tratando para ello de “definir medidas disuasorias o sistemas de alerta de presencia de estos animales”.
Tras la reunión entre el BDRI y Portos de Galicia, ambas partes coinciden en señalar que la presión que ejercen las orcas es “un fenómeno reciente” que, desde que en 2020 se registraron los primeros incidentes, “tiene especial incidencia en la franja atlántica, entre el estrecho de Gibraltar y la costa gallega”.
Son “encuentros de los cetáceos con navegantes a vela, dado que la época del año en la que las orcas acuden a Galicia coincide con la mayor actividad náutica”, remarcan en la Consellería do Mar, donde hacen hincapié en “el incremento de la natalidad en la colonia de orcas el pasado año”.
Y terminan recordando en la Xunta que se trata de “una especie que está protegida y en peligro de extinción, estimándose que existen en torno a 80 ejemplares entre Gibraltar y el Reino Unido”.