Cuatro personas fueron detenidas este martes en la segunda fase de una operación contra el tráfico de heroína, que se desarrolló en varias localidades de la provincia de Pontevedra, y que tuvo su epicentro en la comarca de O Salnés. El operativo lo coordina el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cambados, que presumiblemente tomará declaración a los arrestados el próximo jueves.

La redada fue ejecutada por la Udyco de la Comisaría de Pontevedra de la Policía Nacional, y contaron con la colaboración de agentes de los GOES y los GEOS, dos unidades de elite que se movilizan para intervenciones que se presume que pueden ser peligrosas. Fuentes oficiales indican que se practicaron once registros, al menos seis de ellos en las comarcas de O Salnés y Pontevedra, y dos en Ponteareas.

Interior del almacén de Curro en el que se produjo uno de los registros. Europa Press

Al finalizar las entradas, quedaron detenidas cuatro personas. Sin embargo, el número de investigados es mayor, puesto que la operación se inició hace nueve meses, y en un primer momento ya hubo ocho detenidos. Todos los implicados ahora son gallegos, e integrarían una organización dedicada a la recepción y venta de heroína.

La intervención policial se desarrolló en seis localidades (Ribadumia, Meis, Meaño, Sanxenxo, Barro y Ponteareas), y empezó sobre las siete de la mañana. Fue una operación rápida, puesto que a mediodía los agentes abandonaban los últimos inmuebles registrados. La Policía Nacional de Pontevedra no ha desvelado si este martes se intervino droga, dinero en efectivo, material relacionado con la preparación de las dosis de heroína o armas.

Los arrestados

Entre los arrestados se encuentra un vecino de Sanxenxo que reside actualmente en Meaño. Se trata de un hombre natural de Portonovo que compró un chalé en el lugar meañés de As Pereiras. De familia hostelera, él mismo regentó un negocio en Barro. Fuentes consultadas señalan que carece de antecedentes en el mundo del narcotráfico. En Sanxenxo, presuntamente, tuvo lugar otro registro en un piso de la calle Consistorio, muy cerca del ayuntamiento.

Quien sí es supuestamente reincidente es un vecino de Ponteareas, de unos 60 años, que ya estuvo en la cárcel en dos ocasiones, una de ellas por delitos contra la salud pública. Este hombre fue mecánico y tuvo un taller en Salvaterra de Miño, y fue arrestado en la zona de Arnosa.

El operativo generó expectación en algunas de las localidades por las que se desplazaron los agentes. El helicóptero que daba apoyo aéreo a las unidades de tierra, por ejemplo, fue visto por las inmediaciones de Mosteiro, en Meis; Barrantes, en Ribadumia; As Pereiras, en Meaño, y Ponteareas. Las patrullas que participaron en los registros se concentraron igualmente en varios puntos de la comarca, como el campo de fútbol de Barrantes o del Concello de Meaño.

Tradicionalmente, las bandas de Arousa dedicadas al tráfico de estupefacientes han optado por la cocaína o el hachís, pero también existen grupos que se dedican a la introducción de heroína, una sustancia que también genera a los traficantes suculentas ganancias.

Tras las narcolanchas de primavera

Las fuerzas de seguridad han vuelto a actuar contra las redes del narcotráfico. En la primera mitad del año centraron sus esfuerzos en organizaciones presuntamente especializadas en la logística de los alijos, pues tenían la capacidad de fabricar, almacenar y botar al mar las embarcaciones rápidas que se utilizan para recepcionar las sustancias en alta mar y descargarlas posteriormente en tierra. La primera de estas operaciones fue la “Munari”, que se saldó con 21 detenciones y la incautación de varias lanchas, en O Salnés, Salamanca, Madrid o el norte de Portugal.

Apenas unas semanas después, Guardia Civil y Policía Nacional volvieron a colaborar en una nueva operación, bautizada como “Keromán y Samario”, que se saldó con una decena de detenciones y registros de nuevo en varios puntos de Galicia y del norte de Portugal. En esta intervención apareció un sótano con agua en una nave del polígono industrial de Tremoedo (Vilanova), supuestamente empleado para ocultar las lanchas.