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Clases sin mascarilla, recreos sin grupos burbuja

Colegios e institutos de O Salnés recuperan la plena normalidad tras dos años marcados por el COVID

Estado de ejecución del camino escolar seguro de Vilagarcía, ayer. | // IÑAKI ABELLA

Colegios e institutos estrenan mañana jueves un curso lectivo que supondrá el regreso a la normalidad sanitaria, tras los dos últimos marcados por la pandemia de COVID y los protocolos pensados para reducir el riesgo de contagio. Algunos centros educativos arousanos mantendrán medidas que aplican desde septiembre de 2020, ya que consideran que tienen ventajas organizativas con respecto al modelo anterior a la pandemia pero, en general, el periodo lectivo que empieza mañana se parecerá muy poco a los dos anteriores.

En el instituto Cotarelo Valledor, de Vilagarcía, por ejemplo, se mantendrá la ventilación cruzada en las aulas, así como las entradas diferenciadas para los alumnos de Formación Profesional, por un lado, y los de ESO y Bachillerato, por otro.

Esta separación se hará extensiva al recreo. Ignacio Castro, director del centro, explica que han tomado esta decisión porque, “es una medida que funciona bien, porque las entradas y los recreos son así más sosegados”. El Cotarelo es un centro con unos 700 alumnos en el turno de mañana, de ahí que se haya sopesado mantener la separación para evitar las incomodidades derivadas de la masificación.

La Consellería de Educación ya no exige un protocolo concreto para prevenir los contagios de COVID

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En el instituto Francisco Asorey, de Cambados, únicamente se mantiene la recomendación de lavar las manos con frecuencia. El director, Ángel Rey, recuerda que en su momento fue muy complicado gestionar los protocolos con algunos estudiantes, sobre todo los de mayor edad, que se resistían a poner la mascarilla. “A algunos no nos quedó más remedio que sancionarlos”, aseveró Rey.

Por ello, recuerda el director, cuando a finales del curso pasado se relajaron las normas, dejó de ser obligatoria la mascarilla y los propios profesores fueron dando pasos para normalizar la situación, los jóvenes lo asumieron con alivio. “Lo tomaron muy bien, tanto ellos como nosotros los profesores echábamos de menos la normalidad”.

De todos modos, todavía no conviene quedarse sin mascarillas en casa. En el colegio A Lomba, de Vilagarcía, se pedirá a los alumnos y docentes que presenten síntomas compatibles con una enfermedad respiratoria, como es el COVID, que lleven cubrebocas esos días. En algunos centros también se recomienda que utilicen mascarilla las personas con problemas inmunitarios y, en todo caso, podrán seguir llevándola todas aquellas personas que por decisión personal quieran hacerlo.

Por lo demás, en A Lomba también se avanza hacia la plena normalidad, ya que el servicio de comedor volverá a funcionar en un solo turno -durante la pandemia se hicieron dos-, y ya no habrá grupos burbuja en los recreos.

En el Arealonga, también de Vilagarcía, se regresa igualmente al recreo único -los dos últimos años se hicieron dos, escalonados-, y aunque los niños seguirán separados por edades, es algo que ya se hacía antes de la pandemia. El COVID afectó mucho a los colegios, pues los protocolos y el temor al contagio condujeron a la cancelación de numerosas actividades de ocio y educativas, como los festivales o las salidas pedagógicas.

La obra del camino escolar no entorpecerá los accesos

La obra del camino escolar seguro que se está ejecutando en el entorno de Matosinhos no entorpecerá las entradas y salidas a los colegios de A Lomba y Arealonga, en Vilagarcía. El Ayuntamiento se ha comprometido con ambos centros a que los trabajos estarán finalizados para el jueves, o al menos lo suficientemente avanzados para que no generen molestias. También se espera que para el jueves esté finalizado el grueso de las obras que hicieron en verano los concellos o la Consellería de Educación. En Vilagarcía, el Ayuntamiento ha hormigonado las aceras que estaban desniveladas y en las que a menudo había tropiezos, y repuso azulejos en los baños; en Carril se cambiaron barandillas, y en A Escardia se retiró la valla perimetral y se sustituyó por barandillas.

Lamentan la falta de profesores para dar refuerzos

Ángel Rey, director del Asorey cambadés, plantea que no todos los niños aprenden al mismo ritmo, y que a algunos les vendría bien disponer de un refuerzo, para ayudarles a superar los obstáculos que se vayan encontrando, sobre todo en los primeros cursos de ESO. Pero para eso harían falta más profesores.

Él cuenta que los pasados cursos tuvieron cuatro grupos de primero de ESO, con una veintena de estudiantes en cada uno, “pero este año no lo podemos hacer”, y tendrán tres grupos de una treintena de alumnos cada uno. Esto se debe a que perdieron un profesor con respecto al último curso prepandemia (2019-20), pasando de los 60 de entonces a los 59 actuales. “Ya íbamos muy justos y ahora más, porque un profesor más o menos se nota mucho”.

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