Está próxima la apertura del Tanatorio Sanxenxo-Meaño, situado en el polígono industrial de Nantes y que promueve la firma Sepelios San Marcos S.L.U.
Una construcción que comenzara a ejecutarse a inicios de marzo en la que, a estas alturas, los acabados interiores que aúnan paredes con papel decorativo y pintura, están prácticamente finalizados. En esta próxima semana está prevista la llegada del equipamiento del mobiliario interior y ajardinamiento de la zona de acceso en el exterior.
Este nuevo tanatorio está situado a apenas cien metros de su linde físico con Dena -hacia donde está precisamente el porche de entrada-, de ahí el nombre Sanxenxo-Meaño elegido adoptado por el proyecto. Las instalaciones contarán con tres salas de mortuorias, amén de una pequeña cafetería y otras dependencias. En el exterior está habilitada ya, en el arcén de la calle del polígono, una plaza reserva a estacionamiento para discapacitados.
Este será el tercer servicio fúnebre de esta índole en Sanxenxo (que se suma al tanatorio de O Vinquiño y la sala de velatorios de Gondar), distantes entre sí apenas tres kilómetros. Y, a la par, será primero enfocado también al municipio meañés por su inmediatez con Dena. Y es que, comunicado directamente con la autovía do Salnés a través del polígono de Nantes, su ubicación hace de su posición un punto a favor de este equipamiento.
Este será el segundo tanatorio que Sepelios San Marcos S.L.U. abrirá este año en la comarca saliniense. El primero será el de Meis, que se inaugurará el viernes 16 de septiembre, en un acto fijado para las 12 horas. Un equipamiento que, en el concello meisino, se hizo posible merced a un acuerdo de la firma con el arzobispado de Santiago, que cristalizó en el alquiler de varias estancias de la rectoral para ser reconvertidas en salas mortuorias. Un proyecto que, en San Vicente de Nogueira donde se ubica, no estuvo exento de cierta polémica vecinal que acabó por amortiguarse.
En Meaño, la demanda de un tanatorio con centro en Dena se mantenía latente desde hace décadas. Emergió por primera vez de manos de la asociación Santa Lucía de Dena, presidida entonces por Cesáreo Besada, y ese testigo lo recogió luego el Partido Galeguista con Manuel Touriño, que en 2007 fue el primero grupo político en incluir este equipamiento en su programa electoral. En 2010, una entente entre las asociaciones de vecinos Santa Lucía de Dena, Airiños de Lores y Santa María de Simes, les hizo mantener un encuentro con tres empresas funerarias, que fueron Santa Lucía, Ocaso y La Fe para estudiar la viabilidad del proyecto.
En 2011 fue precisamente la firma San Marcos la primera en mostrar un interés decidido por construir un tanatorio en Dena. Así, con la asociación vecinal San Lucía -que presidía entonces José Conde García- se sondearon terrenos en las inmediaciones del cementerio nuevo de Dena, que hacía obligada la disponibilidad de 3.000 metros cuadrados al tratarse de terreno rústico común, si bien se temía que la zona pudiera estar afectada por la existencia de un castro en la cima de ese monte. Así las cosas, aquel interés acabó languideciendo y se dio por parado un tiempo después.
Otro proyecto de construcción de un tanatorio en Dena trascendía en 2019, en este caso de manos de la firma de pompas fúnebres San Mauro Velatorios S.L. Para tal fin, la empresa había adquirido ya en las inmediaciones del cementerio nuevo de Dena una parcela de 4.873 metros cuadrados
