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Los Asorey tratan de rescatar del olvido el monumento al coronel Teijeiro

El Ayuntamiento de Oviedo está dispuesto a recibir a la familia del artista cambadés pero descarta una cesión

Monumento a Teijeiro, antes de su retirada. MIKI LOPEZ (La Nueva España)

El Ayuntamiento de Oviedo está dispuesto a abordar el futuro del monumento al coronel Teijeiro con los descendientes del autor, el escultor cambadés Francisco Asorey, pero avanza que una cesión de la titularidad a favor de la familia es inviable jurídicamente.

En la posguerra, Asorey talló en piedra una estatua en homenaje al teniente coronel Jesús Teijeiro Pérez, un destacado militar del bando nacional en los primeros compases de la Guerra Civil. La figura se colocó hace ahora 70 años en la entonces bautizada como Plaza de la Liberación, en el centro de Oviedo. Décadas después, la pieza fue retirada en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

Vicente Pérez, secretario de la Fundación Asorey, explica que la pasada primavera se pusieron en contacto con la administración municipal ovetense para interesarse por la situación del monumento, que se conserva desde hace más de diez años en un almacén.

Teijeiro comandó las columnas gallegas que tomaron la ciudad de Oviedo en octubre de 1936

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“Nosotros entendemos que ese monumento no debería estar oculto en un almacén”, plantea Vicente Pérez. El secretario de la Fundación Asorey asume que es necesario cumplir la ley -y la de la Memoria Histórica prohíbe la exhibición pública de elementos vinculados al franquismo o la dictadura-, pero plantea que, “se pueden buscar alternativas, como sería instalarla en un acuartelamiento militar”.

“La propia ley hace una salvedad en el caso de obras con valor artístico”, añade Vicente Pérez. Además, defiende que no se trata de una representación física de Teijeiro, y que tras la retirada de las placas de bronce, la escultura podría perfectamente reconvertir su significado hacia un homenaje a las fuerzas armadas.

El segundo teniente de alcalde de Oviedo, y concejal de Gestión del Patrimonio, Mario Arias (Partido Popular), manifestó ayer a FARO que está a disposición de los descendientes de Asorey para abordar este asunto. “Que vengan hasta aquí y hablamos, estamos abiertos a escuchar los planteamientos de la familia”. Eso sí, también quiere dejar claro que el futuro inmediato del monumento a Teijeiro no es en estos momentos un “asunto prioritario” para el gobierno municipal, y que en todo caso la opción de ceder la propiedad de la pieza a la familia es inviable. “Es patrimonio municipal, y no podemos desprendernos de él”.

El artista utilizó a su hijo José Manuel como modelo durante la elaboración de la figura

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“No podemos desprendernos de la propiedad de la escultura”, prosigue Arias, quien recuerda que, de hecho, están haciendo gestiones para recuperar una estatua municipal que tiene en depósito el Museo de Bellas Artes.

El principal deseo de los Asorey, en realidad, es salvar al monumento del ostracismo. Su mayor aspiración es que la pieza deje de estar oculta en un almacén -donde las condiciones de conservación, además, pueden ser deficientes-, y pueda exponerse en un espacio adecuado, ya sea el interior de un museo o un cuartel militar.

Una figura controvertida

Jesús Teijeiro Pérez se puso al frente de las columnas gallegas del bando franquista que se dirigían hacia la capital de Asturias, y logró romper el cerco de la ciudad de Oviedo a mediados de octubre de 1936. Sus detractores le tildan de verdugo, pues tras la entrada de su ejército en la capital asturiana se produjo una brutal represión. Para otros, fue un libertador, salvando de la muerte a multitud de ovetenses. El militar falleció apenas unos días después de hacerse con el mando de la ciudad.

El monumento y la plaza cumplen 70 años

En 1952, se inauguró la Plaza de la Liberación, y en ella se colocó el monumento en piedra esculpido por Francisco Asorey. El cambadés creó una estatua en la que representa a un soldado, ataviado con uniforme de la época y sosteniendo con ambas manos una espada sobre el pecho. La pieza contaba asimismo con dos placas de bronce. La obra estuvo en el ojo del huracán prácticamente desde la llegada de la democracia, hasta el extremo de que antes de su retirada y traslado a un almacén, ya se habían quitado las placas, por su carácter elogioso con la figura histórica del militar y hacia el Movimiento. También en su momento se cambió el nombre de antigua plaza de la Liberación, por su evidente parentesco con el episodio bélico. Su nueva denominación es plaza de la Libertad.

Asorey tiene varias esculturas dedicadas a personajes destacados del franquismo. Durante la dictadura, era un artista famoso y varias instituciones del momento recurrieron a él para que hiciese monumentos o estatuas determinados. Su familia recuerda que el artista arousano se limitaba a cumplir esos encargos de trabajo, pues eran a fin de cuentas su forma de ganarse la vida. “Tenía muchas bocas que alimentar y no se podía permitir el lujo de rechazar trabajos”, afirmó hace ya tiempo una de sus nietas, Carmen Asorey. Los descendientes han manifestado además que, más allá del valor artístico que pueda tener el monumento al teniente coronel Teijeiro, para ellos posee también un gran valor sentimental, pues el escultor utilizó como modelo a su hijo, José Manuel Asorey.

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