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Un verano con menos presiones para Areoso

Millán: “Da la sensación de que la gente comienza a concienciarse de que se debe respetar el medio”

Vista del islote Areoso. Noé Parga

Aunque hubo jornadas de intenso calor y la cantidad de visitantes que recibió Areoso fue mayor de la que debería, lo cierto es que el número de incidencias graves ha disminuido de forma considerable. Así lo reconoce el patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, al apuntar que “desde el pósito no hemos solicitado la apertura de ninguna acta de sanción”, un dato muy diferente a años anteriores, cuando el pósito planteaba a las autoridades la apertura de una docena a finales de agosto.

Millán reconoce que las bajas en el servicio de vigilancia del pósito les han impedido el control férreo que realizaban en años anteriores, pero eso no ha impedido que “nos pasemos por allí de vez en cuando y no nos encontramos con los problemas que solía haber en años anteriores, donde gran parte de las embarcaciones varaban encima de la playa o no respetaban las boyas”. Ahora, insiste Millán, “da la sensación de que la mayor parte de los barcos respetan las boyas".

El patrón mayor asegura que “las sucesivas campañas que hemos lanzado, así como las denuncias y sanciones recibidas suponemos que han influido a la hora de que se respeten las normas que rigen el acercamiento al islote por parte de las embarcaciones”.

Es más, el propio patrón ha atendido en más de una ocasión a turistas que se acercaban a la Cofradía a demandar información de cómo actuar en Areoso para evitar causar daños tanto a su riqueza natural como a sus importantes bancos marisqueros.

Tanto el pósito como el Concello llevan años aguardando por un plan de usos para Areoso que acabe limitando la presencia de turistas, en un estilo a las medidas que se aplican en lugares como la playa de As Catedrais en Ribadeo. El objetivo es frenar la importante degradación en la que ha entrado el islote debido al efecto que sobre el causan las mareas de la ría y la presencia masiva de turistas y embarcaciones.

El plan, por el que se lleva esperando muchos años, podría estar listo para el próximo verano, después de que la Consellería de Medio Ambiente retomase su redacción tras haber sido paralizada por la pandemia de coronavirus. Ese plan reforzaría las medidas que llevan años aplicándose y cuyo listado figura en la mayoría de los muelles de la ría de Arousa.

Vigilancia realizada con drones

Hasta cuatro bajas tiene la Cofradía de A Illa en el sistema de vigilancia, lo que le ha obligado a tirar del dron para controlar el Areoso. “Ha sido un elemento bastante fundamental para vigilar no solo lo que ocurría en Areoso, sino también en otros arenales”, explica Millán. De hecho, Millán reconoce que todo el litoral que posee A Illa “resulta muy complicado de controlar y los vigilantes están haciendo lo que pueden con los medios que tienen”. La Cofradía de A Illa fue de los primeros pósitos que optó por utilizar un dron para vigilar sus playas, especialmente en horario nocturno, ya que las cámaras térmicas con las que cuenta el artefacto permiten localizar a los posibles furtivos en zonas donde no serían apreciados desde tierra al estar protegidos por la oscuridad.

El furtivismo de bañador se mantiene


Mientras en Areoso parece que se reducen las incidencias en comparación con años anteriores, donde continúan es en las playas con los furtivos de bañador. Así lo reconoce Millán al denunciar los problemas que están teniendo las mariscadoras con bañistas que se dedican a esquilmar la producción en playas como O Bao, Xastelas o Camaxe, entre otros lugares. Lo que más lamenta el patrón mayor es que la mayoría de los furtivos de bañador identificados “no son de lugares lejanos donde se desconoce el trabajo que realizan las mariscadoras, sino que son de pueblos muy cercanos, donde saben perfectamente que lo que están haciendo está prohibido, pero les da un poco igual”. Insiste en que todos ellos “saben perfectamente que el marisco no está ahí de causalidad, que lo cultivan las mariscadoras y que conseguirlo no es tarea fácil, pero se lo llevan sin pudor, e incluso, se ofenden cuando se les informa de que se les va a levantar un acta de sanción”. El efecto de los furtivos de bañador como la presencia de miles de bañistas en algunas playas acaba provocando que la producción de esos arenales se acabe resintiendo durante el invierno, algo que las mariscadoras tienen constatado desde hace años. La Consellería también ha lanzado campañas para frenar el expolio que hacen los furtivos de bañador en las playas, campañas en las que se trata de concienciar a los usuarios de las playas de la importancia de respetar el trabajo de las mariscadoras pero, por el momento, no está dando los resultados esperados.

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