Las rías gallegas se están beneficiando de un afloramiento costero tan importante que la masiva entrada en ellas de nutrientes que esto supone está causando enormes trastornos, tanto a los mariscadores como a los bateeiros.
Y es que, como se explicó en tantas ocasiones, con la buena noticia que suponen esos nutrientes llega también la mala, pues en los mismos viaja el fitoplancton portador de biotoxinas que, aún sin ser una amenaza para el consumidor, ya que es un fenómeno natural y controlado, obliga a prohibir la extracción de bivalvos allí donde el recuento de células supera los límites tolerables.
Dicho lo cual, hay que incidir en lo avanzado por FARO DE VIGO desde el viernes, en el sentido de que se está produciendo una importante e inusual combinación de varias biotoxinas, siendo las más reseñables las que provocan los episodios tóxicos diarreicos (DSP) y los paralizantes (PSP).
Asimismo, tal y como se detallaba ayer en la edición digital del decano, el aumento de células de la PSP sirvió para reforzar muchos de los cierres de bateas que se habían realizado inicialmente a causa de la diarreica.
La ría de Vigo
Pero es que, para más inri, la PSP obligó a cerrar zonas que permanecían activas. A modo de ejemplo, el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) decidía cerrar cautelarmente a primera hora de ayer los polígonos que estaban abiertos en aguas interiores de la ría de Vigo.

Más concretamente, el centro analítico asentado en Vilaxoán (Vilagarcía) anunciaba al sector bateeiro que “el empeoramiento por toxina PSP y la presencia de fitoplancton tóxico en las muestras recogidas en la ría de Vigo”, recomendaba el cierre cautelar de los polígonos Redondela A, B, C, D y E.
Aperturas y cierres continuos
Para entender mejor el importante trabajo que lleva a cabo el Intecmar y cómo pueden cambiar las cosas de un momento a otro, a medida que se conozcan resultados de las pruebas, puede decirse que a las 10.18 horas de ayer se autorizaba la extracción de moluscos cultivados en los viveros flotantes de Pobra C y Cambados D, dado que había remitido la toxicidad por lipofílicas y el mejillón volvía a ser apto para el consumo. Pero justo en ese momento desde el Intecmar se prohibía cautelarmente la extracción de mejillón en los polígonos vigueses de Redondela, a causa de la toxina paralizante (PSP).
De este modo, y teniendo en cuenta que los demás polígonos ya estaban cerrados por diarreica, quedaba prohibida la extracción de mejillón en todas las bateas de la ría viguesa, incluidas aquellas que, después del episodio tóxico anterior, habían empezado la campaña extractiva hace apenas un mes.
Un cierre que no solo afectaba a estas aguas, sino a toda Galicia, pues quedaba prohibida la extracción de moluscos bivalvos cultivados en los viveros flotantes del 80% de los polígonos de la comunidad.
Dicho de otro modo, que a media tarde de ayer –a la espera de los cambios que pudieran producirse horas después– permanecían bloqueadas alrededor de 2.500 bateas, ya que a las fondeadas en los doce polígonos cerrados en Vigo se sumaban las correspondientes a los ocho de la ría de Pontevedra.
Al igual que estaban inoperativos los cuatro de Muros-Noia, el de Baiona, el de Camariñas, los dos polígonos de Sada (Ares-Betanzos) y catorce de Arousa.
Arousa
En esta última ría, la más productiva de todas, con 2.300 de las 3.330 bateas gallegas, se encontraba la única “vía de escape” del sector productor y sus clientes, ya que se localizaban allí los últimos diez polígonos abiertos en este ciclo natural que afecta a la comunidad a modo de episodio tóxico.
Aunque era un consuelo menor, teniendo en cuenta el poco mejillón de que disponen en sus cuerdas las bateas de esas cuadrículas: Pobra G, Pobra A, Pobra C, Pobra E1, Pobra E2, Vilagarcía A, Vilagarcía B1, Vilagarcía B2, Cambados A2 y Cambados D.
“Tormenta perfecta”
Todo ello, cabe insistir, se debe a la llamativa combinación de DSP, PSP y amnésica (ASP), que no es la primera vez que coinciden en las aguas gallegas, aunque sí es poco habitual que se forme esta especie de “tormenta perfecta” tan acentuada.
El resultado de todo esto es un bloqueo de la actividad extractiva, junto con los consiguientes trastornos para los productores y los propios consumidores.
En cualquier caso, estos deben saber que pueden seguir consumiendo el producto que llega al mercado por los cauces reglamentarios, pues para eso el Intecmar se ocupa del control de las aguas y los propios moluscos bivalvos, haciendo que únicamente se vendan aquellos que está exentos de toxicidad.
Abierto y cerrado el marisqueo en Pontevedra al mismo tiempo
Cuando las rías acogen un “cóctel” de toxinas tan intenso y variado como el actual puede darse el caso de que una zona se abra al marisqueo porque una especie determinada de dinoflagelados ha desaparecido y que, al mismo tiempo, se cierre ese lugar porque los análisis detectaron la llegada de otros organismos.
Sucedió ayer, por ejemplo, en la Zona V de la ría de Pontevedra reservada a moluscos infaunales, es decir, los que, como la almeja o el berberecho, viven enterrados en substrato.
Los resultados analíticos de las últimas muestras indicaron que las células lipofílicas y/o diarreicas (DSP) habían bajado, de ahí que a las 10.18 horas el Intecmar dictara la resolución de apertura o levantamiento del cierre, permitiendo el marisqueo en ese lugar.
Pero es que, solo un minuto después, esa misma zona V quedaba cautelarmente cerrada, tras haberse comprobado que los niveles de toxina paralizante (PSP) se habían disparado.