Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A Illa despide entre aplausos a Sor Sofía

La monja de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl dejó el municipio después de treinta años

Una multitud despidió ayer a Sor Sofía en la plaza de O Charco.

Más de tres décadas dan para mucho. Ese fue el tiempo que estuvo Sor Sofía, integrante de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en A Illa de Arousa, y el lugar donde ha dejado cientos de corazones agradecidos por su labor tanto en los oficios religiosos como desde el centro concertado Sonrisas y Lágrimas. Todo ese esfuerzo y dedicación tuvo ayer su recompensa, cuando a las 8.30 de la mañana, decenas de vecinos se concentraron en la plaza de O Charco para despedirla en su marcha para una residencia de León. La multitud, entre la que se encontraban varias generaciones de vecinos de A Illa, hizo parar el vehículo en el que viajaba para, entre aplausos, entregarle un ramo de flores y hacerla partícipe de todo el cariño que se le guarda en el municipio. Esa parada no estaba prevista ya que por delante quedaban un buen número de kilómetros, hasta la residencia religiosa de León en la que va a residir a partir de ahora. Sin embargo, los vecinos de A Illa no querían dejarla marchar sin demostrarle su aprecio, despidiéndola con aplausos.

Sor Sofía muestra el ramo entregado por los vecinos de A Illa a su llegada a León.

Los vínculos de Sor Sofía con el municipio isleño se remontan a antes de la existencia del puente, cuando estuvo en la congregación durante unos pocos años. Se fue, pero no tardaría en volver para establecerse definitivamente en A Illa y hacerse un hueco en el corazón de la mayor parte de vecinos del municipio. Durante muchos años fue profesora en la guardería Sonrisas y Lágrimas de A Illa, pasando por sus cuidados abuelos, padres y nietos de muchas de las familias del municipio.

Después de jubilarse, continuó vinculada a la guardería y a las actividades en la parroquia de San Xulián de A Illa, donde colaboraba de forma habitual, participando en los encuentros de la Juventudes Marianas Vicencianas. Al igual que durante su labor profesional, la religiosa siempre se preocupó de los más pequeños y de darles a conocer artes como la música o el teatro. Fue a través de estas iniciativas por lo que muchos vecinos acabaron cogiéndole un gran aprecio. “En cierto modo, ha sido un poco madre de todos y por eso la gente le ha cogido tanto cariño y decidieron despedirse de ella”, exlicaba ayer el párroco de San Xulián, David Álvarez. Su traslado le permitirá estar más cerca de su familia, originaria de la ciudad asturiana de Gijón.

La congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl lleva años residiendo en A Illa de Arousa, donde se han centrado en colaborar con la parroquia de San Xulián y han puesto en marcha un centro escolar que acoge a niños de entre cero y seis años, centro por el que han pasado casi todos los isleños y donde han aprendido a leer y a escribir.

Es por esa labor que realizan que, en el municipio, son muy apreciadas por los vecinos y, aunque se trata de una congregación muy pequeña (cuatro monjas tras la marcha de Sor Sofía) cuentan con un gran respaldo social.

Compartir el artículo

stats