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Voluntarios para garantizar la vida de los árboles

Vecinos de A Illa se suman a la iniciativa de Arousa en transición para regar los montes para evitar la sequía

Una de las voluntarias en las tareas de regadío de del monte comunal de A Illa. Noé Parga

Los árboles son un elemento clave en la biodiversidad y, al igual que los seres humanos, sufren con crudeza las consecuencias de la sequía. Es por ello que, en A Illa, llevan años regando las zonas recientemente reforestadas con árboles autóctonos y de hoja caduca para evitar que acaben muriendo y que todo el entorno se llene de maleza y combustible para los fuegos forestales. En esa iniciativa, que cuenta con el respaldo de Arousa en Transición, comuneros y Concello, destaca la aportación de Nito Dios, un vecino de A Illa que lleva muchas décadas dedicando su vida a recuperar el monte en el municipio, realizando plantaciones y cuidándolas después.

El es el responsable de todo el sistema de riego que se puede encontrar en el monte, con varios depósitos localizados en zonas clave para proceder a su regadío y que el Concello llena cada vez que se lo reclaman. Tres son las zonas en las que se están centrando las actividades de regadío: desde la EDAR hasta el Igafa, desde Con de Navío a Sualaxe y Gradín ¿Por qué esas zonas? Porque son las últimas en las que se han realizado plantaciones de frondosas, plantaciones en las que han tenido un importante papel los alumnos del IES de A Illa, donde existe un pequeño invernadero en el que plantan diferentes especies que, después, son utilizadas para reforestar los montes. Es cierto que hay muchas más zonas que podían regarse, pero Dios reconoce que “esto es para lo que tenemos capacidad y decidimos centrarnos en ello”.

Nito Dios recoge agua de un depósito situado en el monte. | // NP

Nito Dios reconocía ayer que “el monte está muy seco, especialmente la zona sur de A Illa, por eso es necesario hacer pequeñas acciones de regadío, cuatro o cinco litros por árbol, que les garantice la supervivencia”. Los propios árboles ya están dando muestras de los problemas que genera la sequía con castaños deshaciéndose de gran parte de sus erizos o de robles a los que les ha caído gran parte de las hojas. La lluvia caída ayer, apunta Nito Dios, viene muy bien, pero apenas ha servido para que el agua alcance los tres o cuatro centímetros de profundidad, y aunque nos ha evitado regar esta semana, no nos quedará otra que regresar la próxima”.

Agradece la implicación de los voluntarios y teme que, este año, no va a quedar otra que insistir en estas acciones de regadío de los árboles más jóvenes, sobre todo porque “no hemos tenido invierno y el monte está demasiado seco, por eso estos pequeños regadíos son fundamentales para mantenerlos vivos”. El propio Nito Dios fue el que diseñó el sistema de depósitos que existe por las zonas forestales de A Illa y reconoce que “lo ideal es que estuvieron mucho más altos y que tuviesen una capacidad de 1.000 litros, pero con lo que hay, tratamos de que el monte pueda consolidarse”. Gracias a su empeño, los espacios comunales están llenos de árboles de hoja caduca, desde castaños a robles, pasando por nogales, acebo, e incluso, cerezos, muchos de los cuales ya han nacido de forma natural.

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