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El verano desborda las protectoras de animales al incrementarse los abandonos

Olga Costa: “Volvemos a que la mascota estorba para irnos de vacaciones o de viaje y la dejamos atrás”

Una actividad del Refuxio de Animais de Cambados. Noé Parga

La pandemia parecía haber reducido de forma importante el problema de abandono de animales, parecía que la posibilidad de contar con una compañía había acabado con un severo problema que, cada verano, salpicaba las carreteras de la comarca. Sin embargo, esa etapa fue un espejismo, ya que, en los últimos meses, algunas protectoras, como la de Cambados, han vuelto a detectar un repunte en el ingreso de perros abandonados en el Refugio, la mayoría de ellos, sin el preceptivo chip que deben llevar los animales para ser identificados.

“Sin finalizar agosto, hemos incrementado en más de 40 perros el número de animales recogidos con respecto a los primeros ocho meses del pasado año”. Así de contudente se muestra Olga Costa, la responsable del Refugio cambadés, que achaca al regreso a la normalidad, la de poder desplazarse sin restricciones, el incremento en el número de abandonos que se ha registrado.

“Viene desde el mes de junio aproximadamente y se ha disparado de una forma alarmante, lo cual nos está preocupando”, explica, antes de apuntar que varios de los perros que han sido abandonados en las últimas semanas, lo han sido “en las inmediaciones del Refugio, están los pobres durante horas esperando a que sus propietarios regresen a recogerlos”. A diferencia de etapas anteriores, Costa reconoce que “la mayor parte son perros que están bien cuidados, que han sido abandonados en la autovía y nos alertan de su presencia, y allí están, esperando por su propietario sin moverse después de varias horas”.

En los últimos meses se han encontrado con un tipo de abandono todavía más cruel, denuncia Olga Costa, el de “personas que se mudan de casa o se van para el extranjero y abandonan a su perro encerrado y sin comida, condenándolo a morir lentamente y de una forma tremenda”. En el caso de Cambados, el Refugio se encuentra hasta los topes en estos momentos y ya no tienen capacidad para acoger muchos más animales.

La que lleva mucho tiempo desbordada es la Protectora de Pinar do Rei. Con capacidad para un centenar de perros y 50 gatos, las instalaciones tienen en estos momentos 180 cánidos y 150 felinos. Todos ellos, reconoce Ángeles Rodríguez, responsable de la entidad, “merecen tener una familia y estar en una casa donde se les cuide”.

Sin microchip incorporado

La Lei obliga a identificar con un chip a cualquier perro, sea de la raza que sea. Sin embargo, las protectoras se están encontrando con que gran parte de los perros abandonados carecen de esta identificación. “Si un perro se extravía, el servicio de Protección Civil de Vilagarcía puede identificar en minutos a su propietario, peor nos estamos encontrando con que es imposible hacerlo en una gran cantidad de ocasiones”, explica Rodríguez. Incluso se están encontrando con que muchos propietarios, especialmente gente mayor, acude a la protectora a recuperar sus animales pero “al no tener microchip, no pueden volver con sus familias”. Costa también reconoce este problema, e incluso, destaca que “hemos tenido más de un problema con alguna persona que no entendía que no se podía llevar su perro por no disponer de esta identificación”. De no tenerlo, la sanción son 500 euros.

Dudas sobre el cumplimiento de la nueva Ley

Aunque entrará en vigor a finales de este año, después de ser aprobada en febrero, la Ley de Bienestar Animal todavía levanta muchas dudas entre las protectoras. Olga Costa es muy franca al respecto: “No se trata de que sea una mala Ley, más bien todo lo contrario, lo que pasa es que dudamos que se cumpla, y lo que es peor, que las administraciones pongan los medios para que se cumpla”, explica. La responsable del Refugio de Cambados pone como ejemplo la Lei de Benestar Animal de la Xunta de Galicia, la cual “todavía no hemos conseguido que se cumpla, existe una lei en papel pero no se aplica ni por parte de la Xunta ni por parte de los concellos y mucho nos tememos que ocurra algo similar con la estatal”.

El gran crecimiento de las colonias de gatos


La presencia de colonias de gatos callejeros se ha convertido también en una preocupación para las protectoras que, desde hace años, vienen reclamando la castración de estos animales para evitar que se acaben convirtiendo en un problema. La Protectora de Vilagarcía lleva aplicando esta medida con todos los gatos que recoger desde 2016, esterilizando a más de un millar de animales desde entonces. De no hacerlo, la superpoblación de gatos que tiene en las instalaciones de Pinar do Rei, sería todavía mayor. No en vano, hay espacio para medio centenar de gatos y allí cuentan con más de 150.

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