La Consellería de Medio Rural dio ayer por extinguido el incendio que, desde el pasado jueves por la noche, arrasó con 450 hectáreas de superficie en el Monte Xiabre, afectando a los municipios de Caldas y Vilagarcía de Arousa. Los servicios de extinción de incendios se retiraban de las faldas de Xiabre a las 11.04 de ayer, después de regado y enfriado todo el perímetro para evitar posibles reproducciones.
Durante las jornadas en las que el monte ha estado ardiendo en el monte Xiabre han participado en las tareas de extinción seis técnicos, 18 agentes forestales, 57 brigaditas, 47 motobombas, dos unidades técnicas de apoyo, siete aviones y 11 helicópteros. Los medios utilizados explican la magnitud de un incendio que, en la madrugada del viernes, llegó a declararse de nivel dos, ante el peligro de que las llamas se llevasen por delante el polígono industrial de O Pousadoiro y una treintena de viviendas en la zona de Castrogudín. Tanto las naves como las viviendas tuvieron que ser desalojadas hasta que desapareció el riesgo.
Ahora queda hacer balance de la tragedia, algo en lo que ya trabajaban los comuneros de Cea desde el pasado fin de semana, cuando el incendio se encontraba ya estabilizado y en vías de ser extinguido. Los propios comuneros de Cea acompañarán a sus homólogos de Saiar y a los alcaldes de los dos municipios, Alberto Varela (Vilagarcía) y Xoán Manuel Rey (Caldas) en la visita que van a realizar hoy, a partir de las 12.30 horas, al entorno del campo de tiro.
Los comuneros de Cea calculan que las llamas han acabado con un cuarto de la superficie arbolada que posee la comunidad, afectando de manera importante a zonas que se encontraban en fase de producción de madera y en las que se ha perdido prácticamente todo.
El incendio se originó el pasado jueves sobre las 20.00 horas en las inmediaciones de la cantera de Saiar. Las llamas se fueron extendiendo con mucha rapidez, gracias al viento, en dos frentes. El primero de ellos avanzó hacia el este, afectando al municipio de Caldas y poniendo en riesgo varias viviendas de la parroquia de Saiar, mientras que el otro frente avanzó hacia Vilagarcía, cercando el polígono industrial de O Pousadoiro y acercándose de forma muy peligrosa a Castrogudín
Las llamas vuelven a resurgir en Cuíña
La niebla que se ha incrustado estos últimos días en la ría de Arousa se ha convertido en un gran aliado para frenar el avance de las llamas y en ayudar a los servicios de extinción a controlarlas. Sin embargo, siempre aparecen pequeños rebrotes que pueden suponer un peligro, no solo para los montes, sino también para las viviendas. Muy cerca de ellas se originó ayer un rebrote en la zona de Cuíña, en la parroquia vilanovesa de Tremoedo, donde el pasado viernes ardían una decena de hectáreas. El rebrote fue rápidamente controlado por la brigada de extinción de Vilanova, que se encontraba en la zona perimetrando y enfriando todo el lugar para evitar que pasase precisamente eso. Hasta allí también se desplazó el camión motobomba de Protección Civil de Vilanova para ayudar a frenar el posible rebrote. Además del incendio registrado en el entorno de Cuíña, en Vilanova también se registró un conato en la parroquia de András, donde la rápida intervención de Protección Civil evitó que las llamas pudiesen ir a más y afectar a gran parte de Lobeira. Los efectivos de Protección Civil de Vilanova patrullan los montes del municipio desde el inicio del verano para evitar que puedan originarse fuegos e intervenir cuanto antes.
