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Un vino de Baión que camina hacia la excelencia

David Acha es el alma máter de “Davide”, ganador del primer premio de la Festa do Albariño, un vino que plasma la esencia de una bodega que crece en base a la calidad

David Acha en su bodega junto a una botella del albariño premiado en Cambados. Noé Parga

El de ayer fue un día de asimilación en “Davide”, la pequeña bodega de Baión sobre la que ha recaído el premio al mejor vino 2021 tras la Cata Derradeira de la LXX Festa do Albariño. Su alma máter, David Acha, reconocía que “estamos muy contentos y abrumados por tanta repercusión. Mi teléfono recibe mensajes sin parar desde que se conoció el premio”.

Pese al impacto de un galardón como el recibido en Cambados, las vitrinas de la bodega vilanovesa ya han sido estrenadas años atrás con una sucesión de reconocimientos a nivel nacional e incluso internacional. El refrendo a una trayectoria al alza ha llegado ahora desde la villa del albariño y recuerda David Acha que “llevábamos unos años sin presentarnos. Pablo Estévez, nuestro enólogo, nos animó a presentarnos y su insistencia fue determinante”.

La medida de nuestro crecimiento siempre será la que permita que cada kilo de uva siga pasando por mis manos como hasta ahora

David Acha - Propietario de Adega Davide

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Un premio que simboliza el triunfo de una bodega que prima la calidad por encima de cualquier otra faceta. Fue en 2004 cuando realizaron su primer embotellado. Desde entonces hasta ahora, un crecimiento más cualitativo que cuantitativo que cumple su mayoría de edad con el reconocimiento en el lugar donde el albariño se juzga en base a la excelencia.

Adega Davide está ubicada en Baión, de donde es vecino el propio David Acha. Noe Parga

Con una extensión para el cultivo de uva propia de algo más de tres hectáreas, la hoja de ruta de Adega Davide viene marcada por “ser siempre hormiga. No nos obsesionamos con los litros porque vamos paso a paso y siempre primando la regularidad y la calidad antes que cualquier otra cosa”. No oculta que el éxito empuja a dar un paso más. Una diatriba en la que la fórmula siempre pasa por el innegociable respeto a lo artesano, “es cierto que los distribuidores se nos cuatriplican y el mercado nacional e internacional te empujan a un mayor volumen de producción y tenemos que ser capaces de manejar esto, pero la medida siempre será la que permita que cada kilo de uva siga pasando por mis manos como hasta ahora. En el momento que nuestro vino pierda la esencia de lo artesanal no va a ser lo mismo”.

Tres vinos, tres sinónimos de calidad

A la venta en las bodegas de buenos restaurantes y en establecimientos gourmet, el “Davide” es uno de los tres vinos que se elaboran en la pequeña bodega de Baión. Uno de ellos, 100% godello, lleva por nombre “Perfeccionista” y tiene una producción de 1.500 botellas al año que literalmente desaparece debido a su alta demanda.

El vino que completa la línea de producción se llama “Observador” y se produce al 50% con uva albariño y godello. Un nombre que esconde la razón de ser de la viticultura reflexiva que se lleva a la práctica en Baión. David Acha subraya que “la primera lección que te da la viña es la de no tener prisa. Hay que ir despacio con el vino. El viticultor tiene que ser observador, paciente y perfeccionista a la vez para mantenerse en un camino hacia la excelencia que nunca tiene fin, pero que forma parte de este modo de vida que es el vino”.

David Acha con una botella del vino premiado en la LXX Festa do Albariño. Noe Parga

Una producción que llega a más de medio mundo

Formado académicamente en Hostelería y Turismo, fue en la experiencia vital donde David Acha ha encontrado su escenario profesional. “Curiosamente aquello que no me gustaba cuando era niño, como era la vendimia en casa, terminó por convertirse en parte de mi pasión. En su momento hubo que tomar una decisión respecto al vino en casa, pero había que cambiarla y darle una visión propia. Luego se convierte en tu modo de vida y por lo que peleas poco a poco para seguir haciendo camino”.

Con clientes en todo el mundo, el nombre de “Davide” no fue elegido al azar. “Es un nombre que recoge el mío y el de la vid en gallego. También plasma la procedencia del vino y formado por unas letras que recogen nuestra filosofía: Distinción, Artesanía, Viticultura, Identidad, Deseo y Excelencia”. Una bodega que seguirá experimentando con la evolución, pero nunca renunciará a sus orígenes.

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