La uva inicia la fase de pintado y, en muchas parcelas, se sitúa a menos de un mes para el inicio de la vendimia. ¿Qué quiere decir esto? Pues que con la maduración y la recogida a la vuelta de la esquina, la aplicación de tratamientos fitosanitarios está mucho más limitada y es cada vez menos necesaria.
Lo bueno del estado fenológico actual es que el viñedo parece haber superado la fase en la que podía verse amenazado por enfermedades como el oidio o la black rot. Incluso el mildiu puede causar aún problemas, pero son, desde luego, mínimos.
La Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) aconseja extremar la vigilancia, teniendo en cuenta que el patógeno sí puede afectar aún a las uvas más atrasadas en su proceso de maduración y que los daños en el viñedo, a estas alturas de campaña, pueden llegar por las altas temperaturas.