El episodio tóxico que desde hace semanas mantiene bloqueada la comercialización de mejillón en las rías de Pontevedra y Vigo se extiende ahora por la más productiva de Galicia, la de Arousa, donde se localizan aproximadamente 2.300 de las 3.300 bateas totales de la comunidad.
La proliferación de biotoxinas no constituye problema alguno para la salud pública, puesto que, como se explicó en tantas ocasiones anteriores, es un proceso totalmente natural que está controlado y con el que están acostumbrados a convivir los bateeiros.
Diarreica
Lo que sucede es que el avance de las toxinas lipofílicas, entre las que destacan las diarreicas (DSP), se produce en el peor momento posible, ya que, como se publicaba en FARO anteayer, es ahora cuando el “oro negro” de batea alcanza su momento álgido en cuanto a rendimiento en carne.
Quiere esto decir que los cierres de bateas decretados por el Instituto para el Control del Medio Marino (Intecmar) de Galicia trastocan los planes que tenían los acuicultores, obligados a paralizar la extracción en los viveros hasta que se constate la reducción de los niveles de toxicidad.
Unos cierres que afectan ya en 32 de los 52 polígonos bateeiros existentes en Galicia, después de que el Intecmar prohibiera la extracción en los Cambados C (Norte), Cambados C (Sur), Grove A, Cambados B y Grove C1.
Dicho de otro modo, que en Arousa ya hay ocho polígonos en los que está prohibido comercializar mejillón –hasta que las condiciones mejoren–, lo cual significa que quedan 16 disponibles.
Como también siguen siendo aptos los dos ubicados en Sada, en la ría de Ares-Betanzos, así como el Muros B y, ya en aguas de Vigo, el Redondela C.
Por el contrario, continúan cerrados, junto a los ocho antes aludidos de la ría de Arousa, once de los doce polígonos de la ría de Vigo, los ocho localizados en la de Pontevedra, tres de Muros-Noia, el de Baiona y el de Camariñas.