La crisis llega al pescado

En las plazas de abastos alegan que los clientes "andan justos" de dinero

Una imagen de la plaza de abastos tomada a las 8.00 horas de ayer.

Una imagen de la plaza de abastos tomada a las 8.00 horas de ayer. / M. MÉNDEZ

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Vilagarcía

Salvo algunas excepciones, ya que hay vendedores que dicen estar “trabajando muy bien”, la mayoría de los que trabajan en la plaza de abastos de Vilagarcía sostienen que “la crisis se está notando, y mucho”.

Explican que “la vida está muy cara” y que “los turistas que vienen gastan mucho más en combustible, por eso aunque se vea gente, está claro que no hay dinero”.

Los placeros llegan a decir que “incluso se vendía más y mejor el año pasado, aún con la pandemia encima de nosotros, ya que la gente tenía ganas de recuperar la normalidad y se animaba a consumir”.

Hay “miedo”

Sin embargo, “ahora se habla de inflación, se dice que la crisis económica va a ir a más y, en definitiva, se mete el miedo en el cuerpo a la gente, sobre todo a las personas mayores, y por eso no gasta”.

Así lo apuntan María del Carmen, Susana y otras vendedoras del mercado municipal vilagarciano, quienes abundan en ello al señalar que “no hay un duro”.

“Diferencia bestial”

“Este verano hay una diferencia bestial respecto al del año pasado porque la gente tiene poco dinero”, explica Peregrina Abad, al frente de Pescados y Mariscos Sabarís, antes de aclarar que “lo que más demandan los turistas es el pescado pequeño, chipirón y mejillón, que empieza a estar en muy buen momento”.

En este puesto también se vendía ayer cigala, a 35 y 45 euros; el rape, a 13 euros, si era entero, y a 23, solo la cola; merluza, a 12; rapante, a 12 y 15 euros, dependiendo del tamaño; y pescado plano como el lenguado y el rodaballo, a unos 40 euros el kilo.

“Hay poca gente y poco dinero”, declaraba el responsable de Pescados Couto antes de decir que “los turistas preguntan, sobre todo, por el chincho, los lirios y todo tipo de pescado pequeño y más barato”.

El montaje de los puestos.

El montaje de los puestos. / M.M.

En su puesto se vendía el chopo a 15, como el pulpo, mientras que el jurel salía a 6 y la caballa, a 5 euros el kilo.

Susana, otra de las pescantinas, insistía en que “compra más la gente de aquí que los turistas, ya que los de fuera vienen con el dinero muy justito”.

Peregrina Abad, una de las vendedoras.

Peregrina Abad, una de las vendedoras. / M.M.

La sardina, a 10 euros; la raya, a 12; el pulpo, a 16; la merluza, a 14; rapante, a 17 euros el kilo; sargo, a 15 y abadejo a 18, son algunos de los productos y precios que manejaba ayer en el mercado vilagarciano.

Más optimista se mostraba Rosi Martiñán Diz, en cuyo puesto de la plaza dice estar despachando importantes cantidades de cigala y, sobre todo, nécora, que ayer salía a 50 euros el kilo.

También vendía lubina, rapante y pescado pequeño como la xouba, que estaba a 25 euros. Por encima de los 10 euros que costaba el chincho (jurel pequeño) o los 15 de la merluza.

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