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La sequía trae los primeros problemas a O Salnés

Meis y la parroquia vilanovesa de András sufren las primeras restricciones

Planta de bombeo de Pontearnelas, que surte de agua a toda la comarca. Noé Parga

El escaso nivel hídrico que se está registrando en la comarca está comenzando a encender todas las alarmas sobre lo que puede convertirse en un verano muy problemático en lo que a consumo de auga se refiere, obligando a tomar las primeras medidas restrictivas para afrontar las próximas semanas, donde se prevé que se dispare el calor. No en vano, los primeros problemas ante la sequía (las últimas lluvias no han servido para evitarla) ya han obligado a tomar medidas en algunas zonas que comienzan a ver que la escasez de agua es una realidad. La Mancomunidade de O Salnés es el ente que gestiona la mayor parte de la red de suministro, una red en la que ya se han comenzado a notar los primeros problemas, especialmente en las zonas más altas. Esta circunstancia se debe a que la comarca de O Salnés ha multiplicado por tres su población, algo que se deja notar en el consumo de agua, que se dispara hasta cifras de récord casi todos los veranos. Tal consumo de agua, provoca que las tuberías que llevan el líquido hasta las cotas más altas pierdan presión y se queden sin suministro. Es el caso de algunas zonas de Meis, Meaño, e incluso, Cambados, donde se ha comenzado a notar la falta.

En el primero de los municipios, la alcaldesa y presidenta de la Mancomunidade, Marta Giráldez, emitió esta semana un bando en el que se alertaba a la población sobre la necesidad de hacer un consumo responsable de agua y comunicaba la decisión de proceder a cortar el suministro en horario nocturno en el lugar de A Moroza (de 22.30 a 8.00 horas), en la parroquia de Paradela, con el objetivo de permitir que el depósito que surte a las viviendas pueda recuperar un nivel óptimo.

Meis ha restringido el consumo de agua en A Moroza (Paradela) entre las 22.30 horas y las 8.00.

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La propia Marta Giráldez no descartaba ayer que esta decisión tenga que adoptarse en otros puntos de Meis, especialmente en aquellos lugares situados “a mayor altitud que la ETAP de Treviscoso, ya que puede no alcanzar la presión”. En el caso concreto de A Moroza, la alcaldesa de Meis aseguraba ayer que “llevamos dos días sin agua en el depósito de suministro por diferentes causas, que van desde el problema de la presión hasta un consumo exagerado en alguna vivienda, que es algo que estamos comprobando”. Giráldez encabezará esta tarde una reunión de alcaldes en la que, además de los problemas que existen en los centros de salud de la comarca, se va a abordar el problema de la sequía y analizar si es necesario comenzar a adoptar un mayor número de medidas. Las que se han puesto en marcha ya son las habituales, como que Sanxenxo reciba el 70% de sus necesidades de agua a través de la red de Pontevedra, aliviando la presión sobre las máquinas de Treviscoso.

No sería la primera vez que se ven obligados los alcaldes a tomar decisiones con respecto al suministro de agua, lo hicieron en la crisis de Brenntag, cuando hubo que buscar alternativas para garantizar el envío del líquido elemento a la población y en 2017, cuando, después de meses sin llover, se encontraron con zonas a las que la presión no llegaba.

500 litros de agua al día

Los problemas no solo afectan a la red mancomunada, también las pequeñas comunidades de aguas que existen en la comarca se han visto obligadas a tomar medidas para no consumir el agua que logran almacenar. Es el caso de la de András, que surte a un total de 170 viviendas de la parroquia vilanovesa. Desde hace una semana, un tercio de esas viviendas se encuentran conectadas a la red comarcal para mantener el nivel en el depósito de almacenamiento y garantizar el suministro a las otras 120 casas. Ninguna de estas puede recibir agua de la Mancomunidade, ya que todas ellas se encuentran a mayor altitud que el depósito de Treviscoso, por lo que “no nos queda otra que ir aguantando y esperando que no se acaben secando los manantiales”. La directiva de la comunidad de aguas, integrada por miembros de la comunidad de montes de András, ya ha comunicado a todos los vecinos que tienen derecho a usar 500 litros de agua al día y han solicitado que se haga un uso responsable de ella, es decir, que no se baldee, no se rieguen los jardines, ni se llenen piscinas. De no hacerlo, todo quedará reflejado en los contadores individuales que tiene cada uno de los propietarios.

En la comunidad existe una importante preocupación ya que la capacidad del depósito de agua que poseen en Lobeira “está bajando bastante y mucho nos tememos que, como se mantenga este calor y las precipitaciones se limiten a las ocurridas recientemente, acabaremos teniendo problemas”. Ya los tuvieron en 2017, cuando se conectaron esas viviendas a la red de la Mancomunidade y hubo que llevar agua en camiones cisterna al depósito que poseen en Monte Lobeira.

Refuerzo en los motores que garantizan el suministro


Los consumos exagerados se han convertido en uno de los grandes problemas para la red de suministro de la Mancomunidade. La mayor parte de ellos se deben al llenado de piscinas, algo que ha disparado el consumo desde el pasado mes de mayo, cuando comenzó a apretar el calor, pero que también se ha mantenido en las últimas semanas, obligando a todo el sistema de la Mancomunidade a trabajar a sin descanso. El ente nunca ha escatimado esfuerzos, dentro de sus posibilidades de inversión, para mantener todo el sistema en perfectas condiciones para su uso. Uno de esos últimos pasos ha sido la instalación de motores de última generación en la planta de bombeo de Pontearnelas, unos motores que cuentan con reguladores de frecuencia para analizar cuál es su comportamiento y saber, al momento, si se registra una avería, por pequeña que sea. En caso de que esto pueda ocurrir, la Mancomunidade cuenta con soluciones para mantener activo el caudal de agua en la red. Así, los antiguos motores se mantienen en reserva para cubrir cualquier fallo y se cuenta con un sistema de emergencia basado en un gran generador que dispone de un sistema automático de conexión. Aunque se han registrado averías, la red siempre ha estado activa. Tan solo hace unos cuatro años falló, dejando durante tres horas a Vilanova y A Illa sin servicio. Aquella situación fue a causa de un rayo que causara importantes daños en todo el cableado eléctrico y hubo que sustituirlo en un tiempo récord para que todo volviese a funcionar.

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