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Ambientazo en las veinte casetas del vino de Meaño

Treixadura hizo vibrar a los asistentes durante el concierto en la praza da Feira | El público local predominó durante la jornada

Un grupo de amigos brinda con el buen vino de las bodegas de Meaño. | // T.H.

La Festa do Viño en Meaño superó su ecuador con mucha presencia de público local, que se citaba para compartir una excelente botella. Bajo la carpa, ocasión para degustar de los vinos de pie, apostados en la mesas altas distribuidas y en el exterior, los que querían tirar del servicio de cocina y acompañar los vinos de la oferta gastronómica, podían agenciarse una de la mesas repartidas bajo el arbolado de la plaza, buscando la sombre por el día y cobijo de noche. Líneas de guirnaldas con luz cálida colgaban ambientando el espacio de mesas. Las copas de cristal se servían a la entrada de la carpa, con cargo de 2 euros de fianza.

En la feria se sirvió churrasco y otros manjares. | // T.H.

Luego en la carretera, cortada el tráfico entre A Feira y la iglesia parroquial, se habilitó como zona de conciertos. Ayer, a las 22 horas fue el turno de la actuación de Treixadura, con 16 intérpretes sobre el escenario, fusionando para la ocasión con una sección de la BUMM

El impacto del turismo en la fiesta es más bien testimonial, tal y como cabe esperar en el año de reaparición y en un concello que no es uno de esos focos de destino para el turismo masivo de verano. Algunos turistas sí se avinieron a disfrutar de la fiesta. Entre ellos el matrimonio alicantino conformado por Daniel Gónzález y Virginia Cervera, que reconocen sentirse cautivados por Meaño: “Llevamos viniendo cuatro años -comentan-, hospedados en una vivienda de Xil, y vamos a seguir haciéndolo”. “Es un destino por descubrir -apunta Virgina Cervera- y lo recomendamos: lugar tranquilo, encanto rural, muy bien comunicado, muy cerca de la playas y a menos de una hora de ciudades como Santiago, Vigo, Pontevedra”. “A ello -agrega- suman gastronomía y, sobre todo, una gente muy habladora, encantadora”. “Supimos de esta fiesta por un hostelero de Xil cuando visitamos su Taberna da Cancela”, recuerdan.

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