La temporada turística arranca de modo oficioso este fin de semana, que coincide en Galicia con un puente de tres días, puesto que el viernes es festivo autonómico por San Juan. Y numerosos hoteles ya colgarán para entonces el cartel de lleno, como afirma el vicepresidente de Emgrobes, José Manuel González Benavides.
Con el final de las clases en los colegios e institutos, el número de viajes de ocio se dispara. El propio Benavides añade que, “las expectativas son muy buenas. Creemos que será un verano excelente”.
La presidenta de la Asociación de Vivendas Turísticas de Galicia (Aviturga), Dulcinea Aguín, realiza un diagnóstico similar, e incluso se atreve a vaticinar que la presente campaña podría superar a la de 2019, la última anterior a la pandemia. Aviturga remitió hace diez días un sondeo de ocupación a sus asociados, según la cual ya hay un nivel de reserva del 80 por ciento para el mes de agosto, y de un 68 por ciento en julio.
En este último caso, las reservas se ven penalizadas por el hecho de que al suspenderse las recuperaciones de Secundaria en septiembre, muchas familias han retrasado sus viajes hasta dejar resueltos todos los trámites educativos de sus hijos. “La temporada se prevé muy buena porque además las reservas se han adelantado”, añade Aguín.
A mayores, la presidenta de Aviturga indica que hay mucha demanda de turistas extranjeros, lo cual siempre es bien recibido en el sector, puesto que se trata de personas con un alto poder adquisitivo y un nivel de gasto en destino muy elevado. “Lo que vemos que es evidente es que hay unas ganas enormes de viajar”, concluye.
Los resultados en algunos portales de reservas hoteleras por internet, como puede ser el caso de Booking, confirman las buenas expectativas del sector. En este portal, ya no hay ni un solo cuarto disponible en Cambados para el primer fin de semana de agosto (cuando se celebra la Festa do Albariño), y el 94 por ciento de las habitaciones de O Grove ya están reservadas para esas fechas, por citar únicamente dos ejemplos.
Todas las previsiones apuntan a que este verano podría marcar cifras récord de visitantes. Tras dos años de vacaciones muy marcadas por la pandemia, aunque el COVID no ha desaparecido, el virus ya no genera el mismo nivel de alarma social que en 2020 y 2021, lo cual favorecerá los desplazamientos de ocio. Así, habrá personas que salen por primera vez tras quedar en casa los dos últimos veranos, o que esta vez se atreverán a realizar un viaje más largo.
Lo que sí temen en el sector turístico arousano es que la inflación siga aumentando tanto que provoque un fuerte retraimiento del consumo. En este sentido, José Benavides, recuerda que tras la crisis de 2008 la gente siguió viajando, pero que gastaba mucho menos en el destino, lo cual supuso un durísimo golpe para el pequeño comercio y los restaurantes locales.
Fines de semana llenos
O Grove, uno de los dos grandes polos turísticos de la comarca, ya registró una buena ocupación hotelera durante el pasado fin de semana. De lunes a viernes, el volumen de alojados baja mucho, pero hay hoteles que siguen trabajando bien gracias a los grupos de viajes organizados. La previsión es que el próximo fin de semana, la mayoría de hoteles estén de nuevo completos o casi, coincidiendo con el puente festivo de San Juan.
¿Y cuándo comenzará la temporada alta propiamente dicha, en la que los niveles de ocupación ya son elevados toda la semana? José Benavides, vicepresidente de Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes) opina que eso ocurrirá ya desde principios del mes de julio, emulando lo sucedido en 2021, cuando la campaña turística estival abarcó la totalidad de los meses de julio y agosto, y una parte del de septiembre.
Volviendo a Booking, el 75 por ciento de los alojamientos de O Grove ya no están disponibles para el primer fin de semana de septiembre. En el caso del segundo, ya no venden el 74 por ciento.
Los hosteleros de O Grove temen quedar sin agua por una avería y critican las obras de asfaltado en pleno verano
Los hosteleros de O Grove no solo temen que el litro de gasolina siga subiendo de precio y alcance los seis euros el litro, como dice con una mezcla de ironía e indignación José Benavides. También están preocupados por la posibilidad de quedar sin agua en pleno verano, y por los efectos negativos de unas obras de asfaltado que han sido anunciadas por la Xunta de Galicia. O Grove es una península, y recibe el agua a través de una tubería que va bajo el agua de mar. Está muy deteriorada por el paso del tiempo y el efecto de la salinidad, pero sustituirla requiere de una inversión millonaria que nadie parece dispuesto a ejecutar. El vicepresidente de Emgrobes avisa de que si por una avería O Grove se quedase sin suministro durante varios días, “sería una ruina”.
“La gente se iría y habría que pararlo todo completamente, como si nos cayese una bomba encima”. Por ello, Benavides emplaza al alcalde, el socialista José Cacabelos, a la Mancomunidade do Salnés y a la Xunta de Galicia, del PP, a aparcar sus diferencias y a resolver un problema que podría causar daños ingentes en la economía grovense. Hay otro asunto que preocupa mucho a los hosteleros, y es el referido a la fluidez del tráfico. La Consellería de Infraestructuras anunció una inversión de 1,1 millones de euros en el asfaltado de ocho tramos de seis carreteras autonómicas de las comarcas de Pontevedra y O Salnés.
Los trabajos afectan a dos viales de O Grove (PO-312 y PO-316), y está previsto que empiecen en el mes de julio, cuando la ocupación en la localidad ya será elevada. Benavides está muy enfadado por esta programación, y llega a afirmar que, “si llevamos años con baches en esas carreteras, bien podemos aguantarlos un par de meses más. Preferimos los baches a que nos bloqueen el pueblo”.
