El inmobiliario es de los pocos sectores que han salidos airosos de la pandemia. Así lo confirman agencias de Vilagarcía sondeadas por este periódico: “2020 no fue un año malo. Estuvimos tres meses confinados, pero el resto del ejercicio se trabajó perfectamente”. Y en todos los sentidos, incluido el alquiler vacacional, aunque este tipo de mercado lo acaparan en gran parte las plataformas de internet dedicadas en exclusiva al arrendamiento por días (a las inmobiliarias no les compensa). En los dos portales más utilizados resulta imposible encontrar una vivienda en Vilagarcía para el mes de julio por menos de 2.000 euros. Hay propiedades próximas a la playa de Compostela que superan los 6.000 euros mensuales.
A estas alturas quedan muy pocos pisos disponibles en la capital arousana para los meses de verano, concretamente un 12% de la oferta en julio y un 3% en agosto –en una de las dos plataformas–.
Más barato en Vilaxoán que en Carril
La propiedad más asequible es un apartamento de dos habitaciones en Vilaxoán (a 300 metros de la playa de O Preguntoiro) por 2.300 euros al mes. Si nos trasladamos al otro lado de la ciudad, continuando en el litoral, los alquileres se disparan, con un piso de tres habitaciones en primera línea de la playa Compostela (Carril) por 6.500 euros.
En el centro de la ciudad queda libre uno por 3.700 euros y otro por 5.800.
El inmueble más caro que todavía se puede arrendar para todo julio en Vilagarcía es una villa en Fontecarmoa por 9.000 euros (sin tener en cuenta los hoteles).
Una de las pocas inmobiliarias en la capital arousana que trabaja el alquiler vacacional confirma la tendencia: “El cliente busca en páginas web específicas. Este año nos ha llegado a la oficina gente a cuentagotas preguntando por alquiler de verano”.
Registro como vivienda de uso turístico
Añade que la obligatoriedad de inscribir la vivienda en Turismo de la Xunta supone un trámite que echa para atrás a algunos propietarios. “Gran parte de los dueños son personas mayores que tienen que ir a Pontevedra para dar de alta sus inmuebles. Nosotros no aceptamos ninguna vivienda que no esté registrada”, indica desde el negocio inmobiliario.
A este establecimiento llegaron personas en los meses de mayo y junio interesadas en arrendar sus inmuebles durante la época estival “y finalmente optaron por todo el año”.
"Llegaron personas en los meses de mayo y junio interesadas en arrendar sus inmuebles durante la época estival y finalmente optaron por todo el año”
Sin embargo desde otra empresa del sector observan una situación distinta: que cada vez es más frecuente que los propietarios legalicen sus viviendas inscribiéndolas como turísticas.
Segunda residencia
Según los datos recogidos en el Plan Estratégico de Turismo que recientemente ha presentado el Concello de Vilagarcía, la ciudad cuenta con 1.234 plazas en viviendas de uso turístico, ocho en viviendas turísticas y 44 en apartamentos turísticos.
Procedencia de los turistas
Estas cifras demuestran la impronta que la segunda residencia tiene en el municipio, donde el origen más común de sus visitantes nacionales es el de la Comunidad de Madrid (más de 25% de los turistas de entre junio y septiembre de 2021). Le siguen, por este orden, Castilla y León, País Vasco, Andalucía, Asturias, Cataluña y Comunidad Valenciana. En cuanto al turismo extranjero, el país vecino, Portugal, es el que aporta más visitantes a Vilagarcía.
La estancia media se sitúa en 2,49 días y las nuevas tendencias que buscan los visitantes tienen que ver con la naturaleza en destinos de costa. En Vilagarcía “existen dos segmentos que han crecido de manera exponencial en los últimos años: los turistas que se desplazan para disfrutar del turismo náutico y los que persiguen un turismo deportivo para la práctica de BTT en el destino”, reza el Plan Estratégico.
El precio del arrendamiento para todo el año, imparable: “El que entra es malo y carísimo”
La escasez de alquiler de viviendas para todo el año es un problema que Vilagarcía arrastra desde hace años y que cada vez adquiere mayor gravedad. Y es que los precios no paran de subir. “Estamos hablando de 450, 475 o 500 euros al mes, pero pisos viejos. Lo que nos entra es malo y carísimo. El alquiler lleva muchos años mal y cada vez hay más demanda y menos oferta”, admite la responsable de Ritual Inmobiliaria, Begoña Diz. A ello se une el endurecimiento de los requisitos para acceder al arrendamiento: fianza, seguro, ...
La agente inmobiliaria apunta que en el caso de la compra, la situación no es mejor, ya que “apenas se está construyendo” y el perfil del comprador es gente joven que busca un piso para entrar a vivir. El problema es que estas parejas se encuentran con viviendas que requieren una inyección económica para reformar, lo que frustra los planes de muchas familias. “Lo de comprar un terreno y hacer una casa ya es un sueño casi imposible”, concluye Diz.
