Después de que la seguridad viaria aumentara de manera notable en la parroquia de San Vicente, gracias a las obras acometidas por la Diputación en el entorno de la iglesia y de As Lampáns, con un desembolso total de casi 900.000 euros, los grovenses se disponen ahora a asistir a una nueva mejora en la misma carretera, la EP-9101.
Esta vez se trata de la creación de una senda peatonal entre los lugares de Campos y Gandariña, de nuevo impulsada por el gobierno de Carmela Silva, en estrecha colaboración con el ejecutivo local, que lidera el socialista José Cacabelos.
No es una carretera cualquiera, sino que accede a importantes playas y a un entorno turístico y cultural de gran valor, como pueden ser el yacimiento arqueológico de Adro Vello, las playas de Area Grande y O Carreiro, el espacio paisajístico de Con Negro y otros muchos elementos.
Está previsto invertir 552.000 euros, de los cuales el 80% proceden de la Diputación y el 20% restante corresponde a las arcas municipales, que utilizará para ello recursos del Plan Concellos 2022-2023, también dependiente del gobierno provincial.
Se logrará así una senda entre los puntos kilométricos 1 y 2,5 de dicho vial, por su margen izquierdo en dirección a San Vicente.
Creen en la Diputación que esto supondrá una transformación absoluta de un tramo que “actualmente carece de aceras y espacios que permitan el tránsito seguro a pie, dado que dispone de un ancho medio de solo 7 metros y tiene una fuerte presión residencial”.
Eso sin olvidar que “existen obstáculos tales como postes de telefonía, alumbrado público y electricidad, así como pozos de saneamiento y puntos de recogida de aguas pluviales”. Algunos de esos elementos serán retranqueados y otros, canalizados por el subsuelo
Lo que se quiere hacer es favorecer la accesibilidad y/o eliminar barreras, además de garantizar la seguridad viaria. Todo ello con una senda que tendrá un ancho mínimo de 2,50 metros “y estará acabada con una superficie de hormigón coloreado de 15 centímetros de espesor sobre base de zahorra compactada”.
Para conseguirlo también en los tramos sin espacio suficiente para alcanzar esos 2,50 metros, se desplazará el eje de la calzada hacia la derecha y se reducirá la sección de los carriles y aceras”.
En un tramo concreto incluso se reducirá el ancho del carril de circulación de 3,50 a 3,20 metros, “dejando clara así la apuesta de esta obra” por el modelo provincial y local de “priorizar el tránsito peatonal sobre la circulación rodada”.
Por si no fuera suficiente, en el tramo final de A Gandariña se acondicionará la superficie pavimentada para diferenciar su uso por parte del tráfico peatonal.
Otra de las acciones a emprender es la construcción de un muro de 100 metros de longitud para la contención de tierras en una zona de fuerte desnivel, dotando ese tramo de una barandilla de acero galvanizado.
Pero aún hay más, en lo que a mejora de la seguridad viaria se refiere, ya que se habilitarán tres pasos de peatones sobreelevados y se renovará por completo la señalización horizontal y vertical, “remarcando la preferencia peatonal de la carretera”.
Por último, se prevé un nuevo drenaje de pluviales, “a través de tuberías de PVC de 400 milímetros de diámetro”, y se instalarán nuevos desagües.
