¿Es posible una gran lonja arousana que agrupe a todas?
El patrón mayor de Vilaxoán lanza la idea de un mercado central en la comarca

La subasta del 11 de noviembre de 2019 en la lonja de Vilaxoán, cuando se buscaba, aunque sin éxito, su recuperación, mediante la incorporación a las operaciones diarias pescado, chocos, volandeira y otras especies. | // NOÉ PARGA / Manuel Méndez

Joaquín Santos, el patrón mayor de la cofradía de pescadores de Vilaxoán (Vilagarcía), aboga por crear en la comarca un gran punto de primera venta de los productos del mar. Algo así como los “mercados centrales” que operan en diferentes ciudades españolas.
La idea es “disponer de una gran lonja en la que centralizar servicios y con la que abaratar costes”, convirtiendo a O Salnés (Arousa Sur) en un punto de referencia indiscutible en materia de pesca y marisqueo.

María del Carmen Soto, una pescantina de Vilaxoán que vende en la plaza de Vilagarcía y compra sardina en la lonja de Cambados. | // M. MÉNDEZ / Manuel Méndez
De hacerse así, “los compradores sabrían dónde y a qué horas acudir para adquirir cualquier producto posible”, en lugar de ir a O Grove en busca del mejor centollo, a Cambados buscando volandeira o al puerto de A Illa a por camarón, entre otros ejemplos que podrían ponerse de especies concretas vinculadas a una lonja determinada.
Y, por unas razones idénticas, el punto de venta centralizado del que habla el patrón vilaxoanés evitaría el desplazamiento de los marineros entre unos puertos y otros buscando aquellos donde se coticen mejor sus capturas del día.

Manuel Méndez
Al hacer este planteamiento, que bien podría considerarse una utopía, tal y como están organizadas las cosas en el sector, y a tenor de las discrepancias entre las cofradías arousanas, Joaquín Santos también reconoce el declive de su propia lonja.
No hay duda de que ha fallado en su último intento por salir a flote, después de que a finales de 2019 la cofradía quisiera recuperar las ventas de pescado y cefalópodos en este lugar, tratando así de generar mayor riqueza en el pueblo.
El objetivo era sumar especies como la sardina, el choco, pulpo y similares a la venta habitual de bivalvos. Un par de años y una pandemia después, es evidente que aquella estrategia no cuajó, pues esta “rula” vuelve a limitarse, casi en exclusiva, a la comercialización de la almeja y el berberecho que aporta el marisqueo a pie.

La lonja de O Grove, una de las que reciben producto capturado por la flota de otros puertos arousanos. | // NOÉ PARGA / Manuel Méndez
“Es una lástima que no podamos comprar sardina y otros productos similares en la lonja de Vilaxoán, pero en este puerto solo venden bivalvos, así que tenemos que ir a otros de la ría”, explican diversos compradores.
Versión diferente de la que ofrece el patrón mayor, quien explica que “los compradores prefieren ir a otro punto de venta en el que puedan encontrar mayor variedad de especies, en lugar de desplazarse a Vilaxoán para comprar unas pocas y después tener que irse a otro lugar en busca de las restantes”.
Sea como fuere, lo que está claro es que los pescadores prefieren llevar sus capturas diarias a lonjas como Cambados, Rianxo, Ribeira y O Grove, donde encuentran mayor cantidad de compradores e incluso pueden conseguir por ellas mejores cotizaciones.
Y claro, al llevarse la mercancía a otros puertos arrastran con ellos a los compradores que después venden el producto en supermercados, pescaderías y plazas de abastos.
11 de noviembre de 2019
Fue el 11 de noviembre de 2019 cuando se puso en marcha lo que se presentaba como una nueva y esperanzadora etapa para la lonja de Vilaxoán, destacando entonces el patrón mayor que los compradores estaban encantados y que los pescadores y armadores tenían ganas de vender su mercancía en este puerto vilagarciano.
Pero, como queda dicho, a la vuelta de la esquina esperaba una pandemia, y tanto por esta razón como por el tirón que ejercen otros puertos, aquella pretendida recuperación del vilaxoanés se quedó en un espejismo.
Prueba de ello es que de las casi 82 toneladas de mercancía subastadas en esta “rula” en 2019 se bajó a 69 toneladas en el ejercicio siguiente, para caer hasta 51 toneladas en 2021. En lo que va del presente ejercicio apenas se han despachado 23 toneladas.
Para entender mejor lo que ha significado la “fuga” de pescado y cefalópodos, así como de algún que otro crustáceo y de pectínidos, puede decirse que en 2019 se vendieron 3.703 kilos de sardina y que el año siguiente fueron 1.513, desplomándose la cifra hasta los 113 kilos en 2021 y siendo inexistentes las ventas de esta preciada especie en el presente ejercicio.
Y eso que la sardina, la “xouba” y la “xoubiña” siempre fueron productos típicos de este puerto.

La lonja de Vilaxoán. // Noé Parga
Asimismo, aquel año de la recuperación que era 2019 permitió vender en esta pequeña lonja 2.000 kilos de volandeira. Pero resulta que desde entonces esta especie no ha vuelto a aparecer por este punto de primera venta.
También en la recta final de aquel 2019 se despachaban en Vilaxoán 740 kilos de choco, que era una de las especies llamadas a propiciar su recuperación. Pero tampoco ha vuelto a aparecer por esta lonja.
Lo mismo que puede decirse de la nécora, de la que nada se supo el año pasado ni tampoco en el actual, después de que 2019 se cerrara con 566 kilos y en 2020 se vendieran 194.
Momentos difíciles
En definitiva, que esta “rula” vuelve a atravesar momentos complicados y limita su actividad a especies como la almeja japónica, con 61 toneladas en 2019, 56 toneladas al año siguiente, 40 toneladas en 2021 y 19 toneladas desde el pasado 1 de enero.
Sin olvidar a la almeja fina, con 3,7 toneladas en 2019, 1,8 en 2020, 2,5 toneladas en 2021 y 807 kilos en lo que va de 2022.
La otra especie destacada en Vilaxoán es el berberecho, con casi seis toneladas en 2019, cerca de ocho tanto en 2020 como en 2021 y más de tres toneladas desde que arrancó 2022.
Aunque FARO ya lo avanzó el pasado mes de marzo, no está de más recordar que la cofradía de pescadores de Vilaxoán desarrolla un plan de gestión de moluscos en la modalidad de marisqueo a pie y en régimen de autorización participado por setenta personas.
Así como uno de marisqueo desde embarcación, en régimen de libre marisqueo, para el que tienen permiso 51 tripulantes, a bordo de 19 naves.
El primero puede desarrollarse durante 175 jornadas, entre Punta Ferrazo y Regato Aduana, con subzonas de explotación como las de Borreiros, Corón, Rial, Saíñas, Preguntoiro, Canelas y Castelete.
Las especies objetivo son la almeja fina, babosa, japónica, bicuda, berberecho, navaja, longueirón viejo y caramujo.

Descargas de mejillón en Arousa. / M. Méndez
Los rañeiros, por su parte, disponen de 160 días de faena en la zona sublitoral entre la línea que une Regato Aduana con el islote Gorma y Punta Borreiros, de allí al puerto vilaxoanés y de Punta Castelete a Punta Ferrazo.
16 millones de euros en dos décadas
En las dos últimas décadas, Vilaxoán comercializó 2.017 toneladas de producto por importe de 16 millones de euros, siendo sus mejores años 2007 y 2008, con 1,2 millones de euros. El pasado ejercicio fueron 772.000 euros (51 toneladas).
Al margen de aludir a esos resultados en lonja, hay que recordar que en el muelle vilaxoanés están censados 65 barcos, 42 de ellos, auxiliares de acuicultura.
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