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Los chiringuitos, 21 motivos para acudir a las playas de A Illa

El sector, aunque estacional, sigue creciendo en el municipio, y mira al cielo para tener un buen verano

La mayor parte de los chiringuitos de A Illa ya han abierto sus puertas para afrontar el verano. Noé Parga

Aunque de carácter estacional, se ha convertido en un sector económico muy importante para el municipio de A Illa. La mayor parte de los 21 chiringos de playa que este año abrirán sus puertas en el municipio ya han comenzado a funcionar con la vista puesta en un verano que será bueno si la meteorología es favorable. Tras dos años de pandemia, los chiringuitos de playa se han convertido en una alternativa para disfrutar al aire libre de la gastronomía, del paisaje y de los arenales de A Illa, algo que ya se ha notado en alguno de los últimos fines de semana, pese a que no siempre ha acompañado el tiempo.

Ramón Ferro, propietario del chiringo más antiguo de A Illa, el Xurel de Area da Secada, abrió sus puertas la semana pasada a sabiendas de que “todavía es un poco pronto para que comience a haber movimiento, además, en nuestro caso, el norte que hubo este fin de semana no nos ayudó”. La llegada masiva de clientes llegará “después de San Xoán, cuando comience el descanso escolar y las vacaciones, esperemos que el tiempo nos dé un apoyo importante, porque el año pasado no fue precisamente bueno”.

Otro de los chiringuitos más veteranos de A Illa es el de la playa de Lavanqueira. Con tres décadas a sus espaldas, el establecimiento abrió la cocina esta semana para “quitarnos las telas de araña del invierno y comenzar a asumir el trabajo que nos espera en verano”, explica Ventura Nieto. El próximo fin de semana las previsiones no son alentadoras, pero “la gran carga de trabajo llegará después de las fiestas de San Xoán, con los niños de vacaciones”.

Uno de los que más pronto abrió sus puertas fue el “A Boa Vida”, de José Falcón, que reconoce que “los fines de semana, que era cuando podíamos tener más gente, apenas se ha registrado buen tiempo, así que no nos queda otra que mirar al cielo y esperar que este verano tenga sol, porque vemos que la gente quiere disfrutar de comer en entornos como este”. Falcón también lamenta que los anuncios meteorológicos “no hayan estado precisamente muy acertados porque no ha hecho tan malo como pintaban en las televisiones”.

Veteranos de A Illa también son Carlos Suárez (Con do Cocodrilo) y Daniel Otero (A do Peri). Este último abrirá sus puertas en San Xoán con la esperanza de que “el tiempo sea mejor que el pasado año”, mientras que el primero insiste en que “gente hay mucha, especialmente los fines de semana, pero todavía no ha llegado el grueso del turismo, que lo hará en cuanto se acaben los exámenes”.

De vender helados a templos gastronómicos


Desde la instalación del primer chiringuito de playa en A Illa, un año después de inaugurarse el puente, tanto la cantidad como la forma de trabajar de los mismos ha ido evolucionando. Hasta hace muy poco tiempo, eran un puñado de ellos los que sobrevivían vendiendo helados y refrescos, pero desde hace poco más de una década, la mayor parte se han convertido en verdaderos templos gastronómicos en los que degustar las mejores viandas de la ría de Arousa. Al mismo tiempo, también se han convertido en un nicho laboral, al dar trabajo a un buen número de vecinos del municipio o de zonas limítrofes. La mayor parte de ellos están situados entre la Punta de O Aguiúncho y Carreirón, pero también en Area da Secada, Gradín, el Faro o Quilma.

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