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El creciente prestigio del eje Rey Daviña, plaza de Galicia o Castelao

Firmas de referencia nacional aumentan el dinamismo en el centro urbano

La peatonal rúa Rey Daviña es referente del comercio vilagarciano. | // IÑAKI ABELLA

La milla de oro de Vilagarcía se completa poco a poco. De Rey Daviña a Castelao, pasando por la plaza de Galicia, numerosas marcas de prestigio han encontrado su local de referencia. Empezó Amancio Ortega, que ya hace casi 40 años ,tuvo a Vilagarcía en su estrategia de expansión mundial, pasando por firmas de últimas tendencias de hogar que se asentaron antes en la capital arousana que en ciudades de mucha mayor dimensión a franquicias tecnológicas. Ahora es Hale Hop la que ha encontrado una esquina inmejorable para que la vaca de su marca llame la atención del cliente.

Vilagarcía ha captado siempre la atención de las marcas y cadenas de mayor reputación, una tendencia que continúa siendo una realidad transcurridos muchos años en los planes de expansión de muchas firmas en boga.

Al recorrer Rey Daviña, la plaza de Galicia o Castelao, en la milla de oro del comercio vilagarciano, y sus alrededores, puede darse un repaso a casi todas las firmas de moda, complementos, joyería u hogar de cualquier gran ciudad, pero también de establecimientos que son tendencia de consumo, pues hasta una tienda de productos cannábicos ha abierto sus puertas recientemente en este entorno.

Escaparate de una tienda de productos cannabicos en el centro de Vilagarcía FDV

La última gran apuesta del comercio en este céntrico espacio urbano viene de la mano de Ale Hop, una cadena de complementos valenciana, de enorme éxito en los últimos años y que ha elegido una de las mejores esquinas de la plaza de Galicia, la que ocupaba el extinto Banco Pastor, para que la enorme vaca a tamaño natural que la representa invite a entrar en sus nuevos locales, aunque todavía no ha comenzado la obra de adaptación.

Dicha compañía, que cuenta con tiendas de éxito en Vigo, Santiago o A Coruña, ha elegido el centro de Vilagarcía para continuar con su política de abrirse camino en Galicia. Se trata de un establecimiento especializado en la venta de productos de regalo que van desde juguetes a artículos de papelería, textil, hogar, pequeños productos electrónicos o menaje, entre otros, en un concepto que pretende mejorar la oferta de los viejos “todo a cien” o “todo a un euro”, pero con productos de mejor calidad a precios asequibles.

La presencia de “Ale Hop” en Vilagarcía también tiene un punto de estrategia, en tanto que se trata de un establecimiento competencia de otras cadenas de prestigio como “Tiger”, con un concepto similar pero que optó hace ya algunos años por Vigo o Pontevedra como ciudades de referencia para un clientela que busca una amplia oferta de objetos diferenciados a bajo precio.

La revitalización de este céntrico espacio urbano se ha consolidado en el último año. Tras la pandemia han encontrado acomodo hasta una clínica dental nacional, que abandonó Rodrigo de Mendoza, para trasladarse a otro bajo en la plaza de Galicia en el que ya otra cadena del mismo sector había desempeñado idéntica actividad antes de ir a la quiebra.

El resurgimiento de este eje urbano tiene en parte su explicación no solo por la ubicación estratégica, sino como consecuencia de los planes de rehabilitación que en los últimos años han permitido la restauración de los inmuebles más señoriales, históricamente hablando.

La última gran obra, que también ofrece espacios comerciales en sus bajos, es precisamente el edificio que en su día ocupó el Hotel Moderno, pero otros inmuebles como el que hace esquina con Conde de Vallellano se somete a reformas para albergar una moderna cafetería.

Zonas de sombra en el entorno más vital

Pero a la vez se observan zonas de sombra en este espacio comercial por excelencia.Así, cabe poner de manifiesto la decadencia que todavía se observa en calles interiores aledañas, que todavía no han encontrado el tirón a pesar de ocupar el corazón histórico de Vilagarcía, formando parte de la almendra comercial delimitada por el propio eje de Rey Daviña y la concurrida avenida de A Mariña, cuyas terrazas han desplazado en cierto modo el bullicio que hace solo unos años se vivía en la rúa de A Baldosa.

Y es que también en el entorno de la plaza de Galicia se observan locales a los que todavía le quedan años para arrancar, con una inmobiliaria que ha decidido trasladarse; una tienda de lencería que no encuentra inquilino y otros bajos que ya han cambiado varias veces los teléfonos del agente que ofrece su traspaso.

Es la cara oscura de una valiosa moneda, en parte derivada de una mayor lentitud a la hora de impulsar los planes de restauración y reforma.

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