El gobierno de O Grove quiere poner orden en las terrazas, un tanto “descontroladas” desde que la pandemia hizo necesario “abrir la mano” y actuar con cierta permisividad, para que los hosteleros pudieran compensar las pérdidas de ingresos derivadas de confinamientos, limitaciones de aforo y restricciones similares.
Una vez recuperada la normalidad, y ante un verano que promete ser “muy potente” en la villa meca, el ejecutivo local quiere intervenir para normalizar la situación en que se encuentran esas terrazas y dejar claros los horarios de cierre y otros aspectos vinculados al tipo de licencia de cada establecimiento.
De ahí que el alcalde José Cacabelos y su equipo quieran tratar en el pleno de la Corporación una serie de modificaciones de la ordenanza municipal que los regula, tratando así de dejar claros todos los aspectos ligados al sector hostelero y, muy particularmente, al funcionamiento de las terrazas.
El regidor ya expuso esta idea a los portavoces de los diferentes grupos políticos. Pero también quiere dar a conocer sus intenciones a los propios afectados, de ahí que los cite para esta misma tarde. Convoca a los responsables de todos los negocios de hostelería, sobre todo bares y restaurantes, que tienen terraza.
Chiringuitos
Pero también a los titulares de los quioscos autorizados por Costas, así como a los dueños de los chiringuitos de playa con concesión a cargo del ayuntamiento.
El alcalde y el concejal Juan Ramón Outeda Montenegro se reúnen con ellos desde las 19.00 horas, en la Sala das Cunchas, “para hablar de las novedades que hemos incorporado en la ordenanza de terrazas”, esgrime Cacabelos.
Unos cambios que “queremos llevar al pleno y ya fueron expuestos a todos los grupos políticos mediante los que vamos a fijar horarios y determinar algunas cuestiones estéticas”, asevera.
Sabe que “durante los dos años de pandemia ha habido una mayor permisividad, pero ahora es necesario intervenir y recoger con mayor precisión dentro de la ordenanza todo lo relacionado con el uso y el desarrollo de las terrazas”, buscando tanto su buen funcionamiento como el bienestar de los vecinos y/o residentes que se ven obligados a convivir con ellas.
Horarios, usos y quejas vecinales
Abundando en todo ello, Cacabelos sugiere que “se trata de incorporar algunas modificaciones en la ordenanza aprobada ya para reajustar el funcionamiento de las terrazas después de dos años de pandemia, principalmente en cuestión de horarios y para diferenciar, por ejemplo, entre chiringuitos de playas, quioscos de Costas en terrenos privados y algunos restaurantes”.
Vemos que estamos siendo muy permisivos, y de lo que se trata no es de introducir fuertes restricciones ni de prohibir las terrazas y quioscos, sino de regular mejor el funcionamiento de cada uno de ellos
Lo que quiere decir es que “hay que regular y dejar muy claro los horarios y usos, porque los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil se están encontrando con un vacío legal que les complica las intervenciones en algunas zonas donde hay quejas de los vecinos, quienes alegan que hay quioscos, chiringuitos o terrazas que abren hasta altas horas de la madrugada, a pesar de que no son pubs ni discotecas”.
Estética y seguridad
De igual modo, la reunión servirá para informar al sector de la necesidad de intervenir “en materia de estética y seguridad”, sobre todo porque “estamos teniendo problemas con algunas terrazas que tienen anclajes al suelo que causan dificultades a los peatones y también desencadenan sus quejas”.
En el mismo sentido, y partiendo igualmente de que “ya fuimos bastante permisivos durante la pandemia”, Cacabelos advierte de que “ahora todos tenemos que entender que hay unas normas que cumplir”, también en lo referido a los metros cuadrados que, de forma irregular, están ocupando algunas terrazas.
Cada cuatro años
Por último, el alcalde y el edil Juan Outeda informarán al sector de la incorporación de una ordenanza fiscal para que en lugar de pagar por las terrazas solo en julio, agosto y septiembre, los hosteleros deban pagar por todo el año, aunque la cantidad “no va a variar significativamente”.
Se trata de agilizar el proceso y dar más facilidades a los propios empresarios, ya que “las concesiones para las terrazas se darán por cuatro años sin necesidad de tener que renovarlas anualmente”, anuncia Cacabelos.
Los doce meses
Insiste en que de esta forma “se cobrará prácticamente lo mismo y cada uno podrá decidir cuándo quiere instalar su terraza”.
El alcalde termina garantizando que tras comparar la ordenanza meca con la de otros municipios, “vemos que estamos siendo muy permisivos, y de lo que se trata no es de introducir fuertes restricciones ni de prohibir las terrazas y quioscos, sino de regular mejor el funcionamiento de cada uno de ellos”.
