La Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), que este año celebra su 30 aniversario y es la encargada de la Red de Varamientos de Galicia, confirma que el escualo avistado ayer en O Esteiro (Vilanova) era un tiburón solrayo o dientes de perro (Odontaspis ferox) y no un peregrino, como se creía inicialmente.

Se trata, dicen los expertos, de una de las especies de tiburón más dóciles del mar, y eso a pesar de su aspecto feroz.

Finalmente se ha confirmado el varamiento y muerte del animal, al que ahora se practicará la necropsia para determinar las causas de su fallecimiento y saber más sobre sus hábitos alimenticios.

Una especie misteriosa y poco estudiada

Toda información que se pueda obtener será relevante, sea cual sea, ya que se trata de una misteriosa especie poco común en estas latitudes y poco estudiada en todo el mundo.

Tanto es así que Alfredo López, el director de Cemma, indica que es su primera cita en Galicia. Lo que sí se sabe es que las hembras preñadas suelen subir a la superficie.

El ejemplar varado ayer en Vilanova, antes de morir.

Una hembra de 3,3 metros

Y este ejemplar en concreto de solrayo es, precisamente, una hembra. Un individuo adulto de 3,3 metros de longitud que tras varar, aún con vida, fue reintroducido en aguas más profundas. Sin embargo, con la bajamar se adentró en la ensenada de Vilanova, donde finalmente acabó muriendo.

Lo cierto es que resultó del todo imposible reflotar de nuevo a este portentoso ejemplar de solrayo, a pesar de los esfuerzos de la Cemma para culminar el rescate, complicado por lo fangoso del terreno y la falta de luz.

Además, “con la bajamar el animal pegaba tremendos latigazos que hacían imposible acercarse para auxiliarlo”, a lo que se suma el hecho de que “en el entorno se dieron cita cientos de personas, a pesar de tratarse de un lugar muy peligroso”, explica la Cemma.

Tanto es así que “se habilitó un operativo policial y de custodia de la zona impidiendo a la gente acercarse para evitar daños mayores”.

Retirado con una grúa

Fue al filo de las 23.30 horas cuando, después de llevar demasiado tiempo fuera del agua, el tiburón murió y se procedió a su retirada con ayuda de una excavadora para depositarlo en dependencias municipales a la espera de que este viernes se le practique la necropsia.

Pendientes de obtener más datos que puedan ser relevantes, la Cemma aclara que el tiburón fue capturado ayer por la mañana por un pesquero que faenaba en las inmediaciones de A Illa de Arousa y posteriormente fue liberado, aunque parece que claramente perjudicado por la inmovilización a la que fue sometido y los daños causados por las redes en las que había quedado atrapado.

También es cierto que en el momento de ser capturado puede que este tiburón ya presentara algún problema de salud, de ahí que se adentrara en la ría de Arousa.

Una especie primitiva

Puede destacarse que el tiburón dientes de perro es una enigmática especie que apenas ha evolucionado a lo largo de la historia y vive en fondos arenosos. Como se decía al principio, las hembras preñadas suben a la superficie en algunas partes del mundo, con las aletas desflecadas y en estado de ingravidez.

Dicen los expertos que se alimenta de peces pequeños, crustáceos y cefalópodos.