La ría de Arousa no deja de explorar nuevas vías de proyección turística y medioambiental. Una de las más atractivas y, hasta ahora, de las menos explotadas, guarda relación con la presencia de llamativos, misteriosos y desconocidos islotes.
Y es que en sus 25 kilómetros de longitud, con una superficie de 230 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 65 metros, la que aún es la ría más rica del mundo “esconde” pequeños y, para la mayor parte de la sociedad, inexplorados territorios insulares de gran belleza, como pueden ser Noro, Pombeiro o Rúa.
Como también se bañan en sus aguas el Guidoiro Pedregoso, “hermano” del más conocido Guidoiro Areoso; las islas Malveiras, en Vilagarcía; A Toxa Pequena, “pariente” cercana de la popular y turística isla de A Toxa; e incluso la conocida como Illa do Rato, en este caso ya en el río Ulla, a la altura de Catoira.
Sin olvidar islotes como Briñas, Ostral, As Grades, Coroso y tantos otros espacios que invitan a la visita y atraen a un creciente número de personas, sobre todo amantes de la naturaleza y ornitólogos.
En unos casos desembarcan en esos territorios para fotografiar aves y rocas de caprichosas formas. En otros, se acercan a los islotes y fondean en las inmediaciones para hacer lo mismo e incluso bañarse en sus cristalinas aguas.
Es una experiencia diferente y, sobre todo, alejada de multitudes. Una opción de turismo verde que permite descubrir espacios que poco o nada tienen que ver con destinos también privilegiados, como Cortegada y Sálvora, que constituyen las dos tarjetas de presentación arousanas dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
Pero aún así, las potencialidades de ínsulas como Noro y Rúa son enormes, lo cual da lugar a la organización de atractivas expediciones ahora que llega el buen tiempo, más demandadas cada primavera y cada verano que pasa.
La "Ruta dos Penedos"
Es buen ejemplo de ello la “Ruta dos Penedos”, que se lleva a cabo a bordo del aula flotante de la naturaleza que es el pesquero rehabilitado “Chasula”.
Tras la primera salida de la temporada en esa “Ruta dos Penedos”, el balance no puede ser más positivo, ya que los tripulantes no solo pudieron bañarse y visitar uno de los islotes aludidos, sino también, descubrir una gran variedad de aves.
De este modo, observando la riqueza del entorno y recibiendo las oportunas explicaciones a bordo, los visitantes pudieron entender por qué la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) considera a las rías gallegas, y muy especialmente a la arousana, como uno de los más importantes depósitos de fitoplancton del planeta.
Desde Tragove
Con salida desde el muelle cambadés de Tragove, disfrutaron de un original circuito dentro de un laberinto de islotes graníticos y de una visita guiada de tintes geológicos y ornitológicos que les permitió conocer en detalle las características de una isla tan entrañable como Rúa y sus construcciones.
Y es que, a simple vista, esta isla de apenas 4 hectáreas de superficie puede parecer un pedregal, pero, en realidad, es mucho más que eso.
Incluso dispone de un faro que es gemelo del existente en la isla de Ons, construido en 1864 por el mismo arquitecto, Rafael de la Cerda.
Además de disfrutar de esos alicientes, los participantes en la “Ruta dos Penedos” que desarrolla el “Chasula” durante aproximadamente cinco horas, reciben asesoramiento en materia de fotografía de naturaleza.
Almuerzo a bordo
Y tampoco pierden la oportunidad de degustar a bordo algunas de las viandas que elabora el capitán de la nave, Isidro Mariño.
Todo ello “en un día delicioso de marcado ambiente familiar en el que no faltaron las sonrisas ni la cordialidad”, destacan desde Iniciativas Tradicionales Marítimas (Intramar), la firma que gestiona el “Chasula” y organiza otras muchas actividades de carácter medioambiental, algunas estrechamente ligadas al Parque Nacional de la islas Atlánticas de Galicia.
Es el mismo barco, cabe recordar, que además de surcar las aguas interiores de la ría organiza expediciones en busca de aves pelágicas y mamíferos marinos, adentrándose unas doce millas en el océano Atlántico.
Comienza el programa de expediciones pelágicas
En relación con esto, no está de más insistir en que entre las múltiples rutas que lleva a cabo tanto dentro como fuera de la ría, el aula flotante de la naturaleza que es el barco “Chasula” ha programado para este año una veintena de expediciones centradas en la observación de las aves pelágicas.
Esto implica avanzar sobre la plataforma continental para, a unas doce millas de la isla de Sálvora, observar cómo se alimentan alcatraces, alcas, págalos, pardelas, frailecillos y otras especies que no son fáciles de ver desde la costa.
La primera de las expediciones se lleva a cabo este sábado. Se trata de la “Pelágica de primavera”, a la que seguirá, ya el 26 de junio, la “Pelágica de las pardelas”.
En julio será el turno de la “Pelágica de los paíños”, reservándose para agosto dos rutas, una centrada en el avistamiento de los charranes y la otra, en las gaviotas de Sabine.
También habrá un buen número de expediciones en busca de pelágicas a bordo del “Chasula” en septiembre y octubre, mientras que en noviembre, cuando las condiciones meteorológicas y oceanográficas ya no son, a priori, tan favorables, el pesquero escuela de Isidro Mariño se centrará en los recorridos por el interior de la ría de Arousa.
De este modo los tripulantes podrán descubrir la multitud de especies residentes en la misma y a otras que se encontrarán en pleno movimiento migracional.
