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Dignidad y esperanza tras la represión

Esto es lo que concluyen los informes arqueológico y forense de la fosa de Rubiáns

En las excavaciones se hallaron de tres cuerpos y cuatro restos óseos “muy mal conservados” que “podrían ser” de la época 1936-39

El forense Fernando Serrulla, introduciendo los restos humanos en una bolsa. Informe Arqueológico

El informe arqueológico firmado por Francisco Alonso Toucido para la identificación y exhumación de la fosa común con víctimas de la represión franquista en el cementerio municipal de Vilagarcía revela el hallazgo de siete posibles individuos: tres cadáveres en posición primaria y cuatro restos óseos “muy mal conservados” en las unidades de enterramiento (UE) 210, 306 (posiblemente una mujer), 513 y 607 que “podrían ser de la cronología objeto de los trabajos”, es decir, entre los años 1936 y 1937. También fue descubierto un cuarto cuerpo, concretamente en la UE304, pero los investigadores afirman que se corresponde con “cronologías recientes”.

Con todo, el arqueólogo director de las excavaciones llevadas a cabo el pasado mes de noviembre en la necrópolis de Rubiáns advierte de que “de modo preliminar y a nivel arqueológico no es posible establecer la pertenencia de los restos humanos (tanto en posición primaria como secundaria) a las víctimas de la represión y la Guerra Civil, quedando a la espera por tanto del análisis osteológico”.

Orificio de 10 milímetros en un cráneo. | // INF. FORENSE

Por su parte, el informe de la Unidad de Antropología Forense del Imelga señala con respecto a los tres cuerpos hallados en posición primaria que el de la UE 406 presenta “en la zona occipito-parietal un orificio redondeado irregular de unos 10-11 milímetros de diámetro, sin radios de fractura que no es posible excluirlo como orificio de arma de fuego”. Las otras unidades de enterramiento son la 304 y la 404.

Agrega Fernando Serrulla Rech que “el cráneo está colmatado de tierra en su interior” y que “todos los huesos recuperados muestran un importante estado de degradación y afectación tafonómica”. De hecho “los individuos recuperados están incompletos debido a que los enterramientos están parcialmente cubiertos por los niveles superiores”.

Huesos encontrados en la fosa. | // INFORME ARQUEOLÓGICO

Estas son las víctimas

Y es que los expertos han averiguado que la fosa fue reutilizada con el paso del tiempo, lo que ha dificultado el hallazgo de las 17 víctimas a las que se refería la memoria oral. No obstante documentalmente solo se ha podido constatar el enterramiento de doce: Josefa Barreiro González, Luis Aragunde Alfonsín, Rodrigo Berruete Alejandre, Manuel Díaz Hermo, Pilar Fernández Seijo, Eduardo Ferreirós Boullosa, Amador Gómez Agustiño, Luis Iglesias Galáns, Inocencio Lamas Bugallo, Urbano Tarrío Montero, Manuel Limeres Ordóñez y José Ramón Roo Pérez.

Se ha constatado documentalmente que 12 de las 17 víctimas fueron enterradas en la fosa

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En rojo, los 6 sectores excavados. | // INF. ARQUEOLÓGICO

Serrulla estuvo a pie de fosa mientras se realizaba la exhumación, entre el 3 y el 16 de noviembre, colaborando con la empresa Tempos encargada de los trabajos. Se reunió con las familias y tomó muestras de ADN que están siendo analizadas por el Laboratorio de Genética Forense da USC.

El cráneo hallado en la UE406. | // INFORME FORENSE

El forense coincide con el arqueólogo en que los restos humanos en posición primaria se encuentran en un nivel de enterramiento “que podría corresponder a 1936-1939, bajo sepulturas de personas identificadas en los años 80 y 90”. No obstante avisa de que “en la excavación realizada no se han identificado con claridad las fosas de los individuos que buscamos. El análisis antropológico y genético de los restos de los tres individuos recuperados quizás pueda permitir confirmar o excluir que son alguno de los que buscamos”.

Además de la reutilización de la fosa, la humedad de la tierra también es otro factor en contra para dar con los represaliados. “Desde hace años le llaman el “cementerio das canudas” por la gran cantidad de cañas que allí crecían. Los diversos enterradores con los que hemos hablado confirman que en el lugar era frecuente desenterrar cuerpos no descompuestos totalmente”, escribe en su dictamen Serrulla, quien tomó 18 muestras de tierra, la mitad del nivel superficial y la otra mitad bajo los huesos.

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