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Vuelve a clases el alumno del Monte da Vila acosado por sus compañeros

Educación aplica el protocolo en este tipo de casos para favorecer a la víctima | La madre agradece el trato recibido en el centro, pues siguió el temario de forma virtual

Imagen de archivo de un alumno en el patio de un colegio.

El alumno de segundo de ESO supuestamente acosado en el IES Monte da Vila de O Grove regresa hoy a sus clases presenciales al aplicar Educación el protocolo general para este tipo de casos y abrir un expediente para valorar lo sucedido en los dos últimos años.

La madre de este menor, de 14 años, manifestó ayer su agradecimiento a la dirección del centro escolar por aplicar medidas adecuadas para corregir el comportamiento de los dos compañeros y, sobre todo, por facilitar a su hijo la asistencia al aula de forma virtual.

La Consellería de Educación, dirigida por Román Rodríguez, se limitó a exponer que tiene conocimiento del caso y que ha adoptado las medidas ordinarias establecidas en el protocolo.

El menor se negó de forma rotunda a asistir a clases después de la última agresión que dijo sufrir en el patio del colegio, el pasado 10 de mayo. Ese día, afirmó, le sorprendieron por la espalda, lo empujaron y cayó al suelo con tierra mojada, pero prefirió no contarlo en su casa.

Al día siguiente, explicó su madre, saltaron todas las alarmas pues el adolescente se negó rotundamente a volver a clase. “Lloró como una Magdalena porque lo obligué a ir y tuve que llevarlo al centro de salud con un ataque de ansiedad tremendo”, recuerda.

A partir de ahí se desencadenó todo el plan de acción escolar para acabar con un problema de larga duración, pues es el segundo año que se queja de la actitud con él de dos de sus compañeros.

Con el parte médico, la madre presentó una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Cambados en la que expone toda una odisea sufrida por el estudiante en estos dos años, atenuada por la suspensión de clases motivada por el COVID-19 cuando cursaba primer curso de ESO.

En ese año era otro compañero el considerado “cabecilla” del grupo de supuestos acosadores, pero este abandonó el centro por lo que hubo esperanzas de un cambio de relaciones en el aula.

La madre admite que las primeras tres semanas del presente curso hubo absoluta normalidad y el niño acudía a clase sin que se hubieran registrado problemas. Pero al poco volvieron a repetirse los abusos, la mayor parte de ellos nada o poco inocentes pues en los últimos episodios llegaron a propinarle patadas y golpes en los genitales.

Según la denuncia, también le requisaron el ordenador para revisar el historial de actividad y le dañaron material escolar que necesitaba para sus estudios, sin olvidar las burlas constantes cuando trataba de intervenir en clases.

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