“Tolemia’s Consort” se consagró en la iglesia de San Cipriano de Vilanova de Arousa con un espectacular concierto que entusiasmó al público por su especial sonoridad coral. Formado por antiguos integrantes del Coro del Liceo de Vilagarcía, y dirigido por Sonia Bouzada, ofrecieron un verdadero espectáculo de “jazz caelum” dividido en dos partes, la primera vocal, a capela, con la participación del tenor José Luis Prado, el bajo Manolo Domínguez y el barítono José María Ferro acompañados de las voces femeninas de Tamara Casás (soprano), Loly Costas (mezzosoprano) y Rosa Lamas (contralto); y una segunda parte instrumental.
Pero fue esta segunda parte del concierto la que alcanzó el summun pues a las espectaculares voces anteriores se sumó el acompañamiento instrumental de grandes profesionales como el pianista Alejo Amoedo, el contrabajo Óscar Rodríguez, el saxofonista Rafael Yebra y el batería Carlos Castro.
Entre todos regalaron al público una sesión de Misa Jazz con los temas sacros más conocidos precisamente por ser los más sublimes y propios de la tradicional Misa Brevis con el Kyrie Eleison, Gloria in excelsis, Sanctus, Benedictus y Agnus Dei, a cuyo término se desató la emoción y el agradecimiento del público que no pudo más que ponerse en pie y aplaudir al grupo coral durante varios minutos.
Un concierto que agradó desde el principio pues “Tolemia’s Consort” quiso sorprender a los asistentes con cánticos desde las lejanas sacristías, de las que fueron saliendo para ocupar el presbiterio y ofrecer todo un espectáculo de música sacra.
En esta primera parte interpretaron sobre todo cánticos a la Virgen. La directora del grupo Sonia Bouzada explica que se eligió el repertorio por ser mayo el mes dedicado a María; de ahí que abriesen el concierto con el magnífico Salve Regina que emociona por su casi celestial perfección.
A continuación, los integrantes de “Tolemia’s Consort” cantaron a capela “O sacro convivim”, seguido de “Quam pulcri sum”, Ave María, Dulcissima María, Notherm Lights, Salutatis Hostia, Alleluia y el Ave María Stella, todas ellas en latín, obras tradicionales en muchas de las más importantes ceremonias religiosas.
Con todo, pese a su celebración en el interior de una iglesia y su inclusión en el género de misa jazz, cabe recordar que fue un concierto de carácter civil elegido por la belleza clásica musical de los temas interpretados y las peculiaridades acústicas del templo.
