La unión de lo tradicional con lo moderno necesita de iconos. Personas que sean capaces de amalgamar el cometido independientemente de a que sector nos refiramos. Dar con la tecla en la selección es el resultado de un exhaustivo casting, mayor cuanto más importante sea la empresa en cuestión. Una de las que ha acertado de pleno es Adolfo Domínguez eligiendo a la isleña Juana Prado para potenciar el efecto de una campaña que, a través de la moda, descubre méritos, valores y elegancia a partes iguales.
En como una persona de 92 años llega a ser imagen de una firma tan prestigiosa también entra en juego el azar. Y es que María Cores, diseñadora de la firma ourensana, también es de A Illa. Ella sabía de las cualidades de Juana Prado para potenciar el efecto de una línea de prendas inspiradas en aquellos mandiles y ropas de trabajo que soportaron los rigores de las primeras fábricas de conserva sin perder un ápice de elegancia.
La señora de A Illa se encargó incluso de colocar con detalle cualquier complemento para que esas prendas de lino, con sello de la firma ourensana, mostrasen la mayor verosimilitud y respeto por aquello en lo que se inspiran
El Centro de Interpretación de la Conserva fue el lugar que sirvió de estudio para grabar, fotografiar y plasmar el objetivo de la campaña. Fueron dos días de trabajo en los que Juana Prado hizo gala de las cualidades que ya mostró en el documental “Memorias en Conserva”. Un valor testimonial que se convierte en una tradición oral narrada desde la propia experiencia en unos tiempos en los que “había que trabajar en la conserva, ir al mar y atender la casa”, como cuenta la protagonista.
La modelo internacional surcoreana J Moon acudió a A Illa el pasado mes de abril para compartir foco junto a Juana y la conexión fue absoluta. Con la espontaneidad que la caracteriza, la señora de A Illa se encargó incluso de colocar con detalle cualquier complemento para que esas prendas de lino, con sello de la firma ourensana, mostrasen la mayor verosimilitud y respeto por aquello en lo que se inspiran.
El entorno elegido no pudo ser más apropiado. La antigua fábrica de Goday que, por otra parte, fue la primera en Galicia en introducir maquinaria para potenciar la producción de un sector que dio, da y seguirá dando de comer a muchas familias.
Todo un homenaje a través de la moda a las mujeres trabajadoras que tienen en Juana Prado a una representación con categoría internacional.