Dicen los organizadores del evento que, finalmente, fueron alrededor de setecientos los participantes en la ya tradicional –y siempre concurrida– marcha contra el cáncer llevada a cabo en el Concello de O Grove.
Se desarrolló con el entorno de la casa consistorial como base de operaciones, ya que tanto la salida como la meta de esta prueba sociodeportiva estaban enclavadas en la plaza de O Corgo.
Y allí se dieron cita grovenses de todas las edades, así como ciudadanos llegados de diferentes puntos de la comarca y algunos de fuera de ella.
Incluso se incorporaron algunos turistas, ya que, gracias al buen tiempo reinante, O Grove volvió a alcanzar una buena ocupación durante todo el fin de semana.
Niños y adultos disfrutaron de esta fiesta solidaria con la que dar visibilidad a la enfermedad y recaudar fondos que ayuden a seguir invirtiendo en materia de investigación.
Además de servir este tipo de citas para brindar el apoyo del conjunto de la sociedad no solo a los enfermos, sino a sus familiares y cuidadores.
Como es habitual, a los marchadores se sumaron los niños de corta edad que hicieron la ruta cómodamente sentados en sus sillas, empujadas por sus progenitores,.
También participó el tren turístico de la empresa local Cruceros del Ulla-Turimares, que se sumó a esta iniciativa solidaria para trasladar a aquellos que no pudieran valerse por sí mismos y a los que no eran capaces de completar a pie el recorrido que había previsto la organización.
Fue, a la postre, otra brillante iniciativa de la delegación local de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Al igual que volvió a ser uno de esos días en los que queda sobradamente demostrada la solidaridad que caracteriza a los ciudadanos mecos.
