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Dos atracos en O Salnés, similar modus operandi

El individuo encañonó a las ocho personas que se encontraban en el interior de la sucursal bancaria de Meis

Vehículos y agentes de la Guardia Civil a las puertas de la sucursal bancaria de O Mosteiro. Iñaki Abella

Solo, con una gorra y unas gafas de sol ocultándole la cara y con una pistola en la mano. Así accedió al interior de una de las dos sucursales bancarias situadas en el cruce de la avenida de Cambados con la EP-9402 en O Mosteiro, Concello de Meis. Eran las 11.45 horas cuando los tres trabajadores que desempeñan su labor en la sucursal y cinco clientes que se encontraban en la sucursal fueron encañonados por un hombre que les exigió el dinero y los intimidó para evitar que se resistiesen. Incluso llegó a acercar la pistola a la cabeza de uno de los empleados, señalaban ayer algunas fuentes. Todo fue muy rápido, con el ladrón abandonando el lugar con el botín en tan solo unos minutos. Lo hizo a la carrera por la avenida de Cambados, donde se le perdió la pista.

Los propios trabajadores de la sucursal bancaria fueron los que alertaron a la Guardia Civil que, en minutos, presentó en el lugar varias patrullas, entre ellas una de la Usecic, aunque el atracador conseguiría evitarlas. Agentes de la Policía Judicial también accedieron al interior de la sucursal para interrogar a los testigos y comenzar a recabar pruebas, especialmente a través del visionado de las cámaras de seguridad, con el objetivo de determinar la identidad del atracador.

Por el momento, no se descarta ninguna hipótesis, entre ellas, la de que sea una de las dos personas que el día anterior asaltaron una farmacia en Baión o que, incluso, pueda estar relacionado con los asaltos frustrados a dos gasolineras relativamente próximas, como son las de San Vicente de Cerponzóns y Godos. De todas formas, esa es solo una de las teorías sobre las que estarían trabajando los agentes de la Guardia Civil.

En principio se busca a un individuo, aunque no se descarta que cuente con algún cómplice y, sobre todo, con un vehículo en el que moverse. No en vano, la sucursal bancaria asaltada ayer se encuentra en un cruce de caminos que permitiría al asaltante desaparecer en cuestión de minutos. Ese vehículo estaría estacionado en las inmediaciones del banco.

Lo sucedido causó una enorme conmoción en Meis donde no son habituales este tipo de situaciones. De hecho, los vecinos de la zona recuerdan que el último atraco sufrido por una de las sucursales bancarias que se encuentran en la avenida de Cambados se remontaría a finales de los 80 y principios de los 90, cuando unos atracadores secuestraron al director de la entidad la noche anterior para tener acceso al banco a primera hora. Los vecinos tampoco se percataron de lo que ocurría hasta que vieron como llegaba la Guardia Civil.

Dos vehículos de la Guardia Civil a las puertas de la entidad bancaria de Meis INAKI ABELLA DIEGUEZ

El segundo asalto en la comarca en dos días


El ocurrido ayer en la sucursal de Meis ha sido el segundo asalto que se ha registrado en la comarca utilizando un arma para intimidar a las víctimas. El día anterior se registró una escena muy similar en una farmacia de la parroquia vilanovesa de Baión. La única diferencia es que en este asalto fueron dos las personas que accedieron al interior de la botica. Uno de esos dos individuos esgrimía un arma, con la que intimidó a la persona que atendía el establecimiento en ese momento. Los dos hombres huyeron a la carrera, por lo que se sospecha que habría un vehículo esperándolos. Al igual que en la ubicación del banco de O Mosteiro, la farmacia se encuentra en una zona de fácil huida y próxima a la AP-9. Además de dos gasolineras en San Vicente de Cerponzóns y en Godos, todavía se encuentra sin esclarecer el atraco perpetrado en una tienda de ropa para niños ubicada en la avenida González Besada de Vilanova. Ese asalto se registró a mediados de enero, con un solo atracador que intimidó a la dependienta con una pistola. El hombre, tras hacerse con el botín, se escabulló por las callejuelas del casco antiguo de Vilanova y, aunque llegó a ser captado por las cámaras de tráfico que posee la policía local, no pudo ser identificado por el momento.

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