El miércoles se pone en marcha la segunda fase de mejora de la accesibilidad en el entorno de la plaza de abastos de Vilagarcía. Esto supone intervenir de nuevo en la calle Alexandre Bóveda para ensanchar la acera, siguiendo el modelo de humanización aplicado en el margen contrario de la calzada.
Como consecuencia de ello, solo habrá un carril de circulación rodada, de ahí que ésta retorne a la calle Arzobispo Lago.
La misma, por cierto, que empezará a ser transformada, dando continuidad al modelo de ciudad aplicado en la plaza de Galicia, en cuanto concluya esta mejora en Alexandre Bóveda, que dispone de un plazo de ejecución de dos meses y un presupuesto de 34.000 euros.
En Ravella aseguran que las obras serán compatibles con la celebración del mercado ambulante de martes y sábados. A lo que añaden que la nueva acera, como la primera, se hará realidad con hormigón tratado, lo cual “resulta mucho más cómodo y accesible para los peatones”.
Esto se debe a que “no presenta desniveles ni obstáculos, permitiendo, también, una mayor adherencia”.
Además de ser “un material más resistente que precisa menos mantenimiento que los tradicionales pavimentos de losas, que se acaban soltando y levantando con frecuencia”.