La oposición carga contra la planificación turística

Aunque el destino O Grove se vende prácticamente solo y la localidad se llena hasta la bandera cada vez que el tiempo acompaña, como volvió a suceder en Semana Santa, hay muchas carencias que subsanar para seguir mejorando como destino de excelencia.

El alcalde, José Cacabelos, es consciente de ello, de ahí que, a través de FARO, volviera a reclamar a la Xunta el desdoblamiento de la vía rápida que une la Autovía do Salnés con A Lanzada. Al igual que reivindica una nueva red de abastecimiento para cruzar el istmo y el soñado puerto deportivo.

No es el único que pide mejoras, sino que también lo hace la oposición, en este caso cargando contra el propio regidor y su estrategia turística.

El BNG, por ejemplo, critica el estado en que se encuentra el Museo de la Pesca y la Salazón, mientras que el PP reclama mejor señalización turística y más zona de aparcamiento.

Tras visitar las instalaciones para comprobar su estado, los ediles nacionalistas David Torres y Sara Abeijón argumentan que el Museo da Salga presenta una “preocupante y lamentable” falta de mantenimiento.

De ahí que en plena Semana Santa los visitantes se tropezaran en la zona con “vallas de obra en la entrada que anuncian que el techo exterior de este acceso se puede desprender en cualquier momento”.

Lo peor es que “fueron colocadas hace un par de años y no están diseñadas para el uso que se les está dando”.

Lo que quieren decir los nacionalistas es que “existe una estructura metálica a la que se sujetaron unos tablones, y a estos se les pegaron con cola de caucho unas planchas de fibra plástica, de tal forma que en poco tiempo la lluvia deterioró los tableros y la fibra plástica se desestructuró”, por lo que ahora “todo está vallado e inservible”.

Pero eso no es todo. “La limpieza exterior es deficitaria”, asegura el BNG cuando se refiere a la presencia en la entrada del museo de “restos de cuerdas, plásticos y maleza”, sin olvidar que “el alumbrado instalado en su momento en el adoquinado de la entrada está roto e inservible”.

Otra Semana Santa con carencias

Aún hay más. El BNG meco denuncia la existencia de goteras en el interior de la nave de exposición “debido a las filtraciones del tejado”, lo cual parece provocar ya el deterioro de la estructura y haciendo que los productos químicos del contrachapado estén tiñendo “las columnas de hierro del museo, sus paredes de piedra, el piso e incluso algunas piezas museísticas”.

Todo esto lleva a Torres y Abeijón a cargar de nuevo contra “la desidia” del alcalde, llegando a asegurar que “el mantenimiento de las instalaciones existentes no es una prioridad en su agenda, ya que prefiere hacerse autobombo inaugurando parques infantiles”.

Esto lleva al Bloque a advertir de que “deben primar los trabajos de mantenimiento de las instalaciones existentes para no tener que volver a hacerlas nuevamente”.

En definitiva, que los nacionalistas mecos cuestionan la forma de actuar del gobierno socialista, critican su política turística y hacen hincapié en el deterioro del Museo de la Salazón, para el que reclaman una campaña de promoción especial que permita darlo a conocer en los centros educativos de la comunidad autónoma.

Y como se decía anteriormente, en esas críticas abunda también el PP, aún dirigido por Beatriz Castro y que sigue a la espera de encontrar relevo.

O Grove, un pueblo a rebosar

Los conservadores, que bastantes problemas tienen con esa sucesión, la aparcan para centrarse en denunciar el proceder del alcalde socialista, insistiendo en que “no puede dar lecciones a nadie”.

De manera más concreta, el PP meco insiste en denunciar los atascos. Pero no los de la vía rápida de Sanxenxo, que generan el ya conocido embotellamiento para entrar o salir del istmo de A Lanzada, sino que alude a los del centro urbano.

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Aduce este grupo de la oposición que en Semana Santa “se han producido de nuevo tremendos atascos en la zona de Beiramar a causa de la enorme carencia de espacios de estacionamiento, lo cual resulta totalmente inadmisible en un pueblo turístico”.

Argumenta el PP que el gobierno local “sigue pensando en las peatonalizaciones, pero no busca espacios de aparcamiento disuasorio, como sí hicieron otros municipios vecinos”.

La comarca se frota las manos pensando en verano

Del mismo modo, los conservadores censuran “la falta de señalización de las playas, el escaso mantenimiento de los accesos” y la existencia de calles “que dan vergüenza”.

Es por todo ello que piden al alcalde “que se deje de lanzar balones fuera y arregle primero su casa, que bastantes arreglos tiene por hacer, pues si morimos de éxito será en gran parte porque nosotros mismos nos dejamos morir sin hacer nada por adaptarnos a los nuevos tiempos”.

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Lo que quieren decir en el PP, volviendo al principio, es que no basta con que O Grove “se venda solo”, sino que hay que seguir trabajando en materia turística “y dejar de mirar para otro lado cuando los hosteleros demandan atención al alcalde e incluso le ofrecen ayuda”.

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