El aforo del Auditorio de Vilagarcía se completó los dos días de representación de “Fariña”, con sentimientos encontrados pues plasma una realidad todavía cercana, en la que el Winston de batea, el tráfico de drogas, el drama familiar y social, las operaciones policiales de película y como no la enfermedad y la muerte asociadas están presentes en la hora y media aproximadamente en la que los actores están sobre el escenario.
El propio Nacho Carretero y Xosé A.Touriñán dirigen la adaptación de exitosa obra sobre la historia del narcotráfico en Galicia en las últimas décadas del pasado siglo. Dirigida por Tito Asorey, subieron a la platea Sergio Zearreta, Marta Lado, César Foldi, Oswaldo Digón y Graciela Carlos.
Consiguieron con su interpretación que el público fuera incapaz de acomodarse en la butaca desde el primer acto en el que surge la ìmpresionante descarga, A ella le suceden conversaciones entre chicos y vecinos de los pueblos, hablando, comprando, consumiendo y manejando con soltura el tabaco de batea.
Luego se suceden escenas familiares, un alcalde corrupto dispuesto a financiar una verbena, los vecinos más jóvenes probando la mercancía. El salto al narcotráfico se vive con el realismo de la época. Casi un documental en el proscenio. El lleno estaba garantizado.