El juzgado de instrucción número 1 de Caldas de Reis decretó el ingreso en prisión de José Eirín, el hombre de 41 años acusado de matar a Jessica Méndez, la joven con raíces en la parroquia pontevedresa de Verducido a la que presuntamente acosaba desde hacía años, tras embestir su coche contra el de ella en la N-550 en Barro. El magistrado lo ha enviado a prisión comunicada y sin fianza en la cárcel de A Lama tras la declaración que el detenido, que fue arrestado el pasado viernes, ofreció ayer en sede judicial. Está investigado por un delito de homicidio o de asesinato, según confirmó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que aclaró que los cargos se concretarán a lo largo de la fase de instrucción.

Allegados de la víctima increpando al acusado a su salida del juzgado. | // NOÉ PARGA

El detenido llegó a los juzgados de Caldas sobre las diez de la mañana, trasladado por la Guardia Civil desde la Comandancia de Pontevedra, donde permanecía desde que fue arrestado el pasado viernes, pocas horas después del fallecimiento de Jessica Méndez en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Se vivieron entonces las primeras escenas de tensión cuando allegados y familiares de la víctima recibieron a Eirín, que llegó oculto bajo la capucha de una sudadera roja y mascarilla. Se profirieron gritos e insultos y los concentrados trataron de encararse con él a pesar de estar en todo momento custodiado por varios agentes.

Concentración de anoche ante el Concello de Barro. | // RAFA VÁZQUEZ

El detenido permaneció en las dependencias judiciales más de cuatro horas, mientras en el exterior la tensión iba en aumento, igual que el número de personas que se concentraban a las puertas del juzgado de Caldas. En torno a las 14.30 horas, un furgón de la Guardia Civil llegaba al lugar para trasladar al detenido a la prisión de A Lama y con la salida de las dependencias judiciales se vivieron los momentos de mayor nerviosismo, con los allegados de Jessica Méndez muy alterados y afectados por la situación, reclamando justicia y volviendo a proferir insultos hacia el acusado, llegando a golpear el vehículo en varias ocasiones.

Una vez el furgón abandonó los juzgados, la rabia de este grupo de personas, entre las que se encontraban el hermano y el novio de Jessica, además de varios miembros de su familia política, se tornó en tristeza, consolándose unos a otros entre lágrimas y abrazos.

Concentración

De manera espontánea, amigos y conocidos de la joven Jessica Méndez organizaron por la tarde una concentración ante el Concello de Barro, en la que participaron numerosas personas, además de representantes de varios colectivos feministas, como los de Pontevedra y Vilaboa. Esta tarde se han convocado nuevas concentraciones de repulsa en diferentes localidades de toda Galicia, siendo la de Pontevedra a las 20.00 horas en la plaza de A Peregrina.

“Justicia” fue lo que más se pidió a lo largo de todo el día de ayer. Mary González, compañera de Jessica en la panadería en la que trabajaba los fines de semana, leyó el manifiesto ante el Concello de Barro recordando a la joven como “una chica superalegre, siempre tenía una sonrisa en la boca. Estaba siempre preocupada y muy dedicada a todas las personas que la rodeaban. Siempre dispuesta a ayudar en todo, era muy familiar, trabajadora, muy cariñosa y siempre iba con las mejores intenciones”.

“Tenía toda la vida por delante y planes de futuro que le fueron arrebatados de la forma más cruel”, lamentó. “El acusado de arrancarle la vida y feminicida, José Eirín, estaba obsesionado con ella. El acoso al que Jessica se vio envuelta por parte de este individuo no tiene nombre. Ninguna mujer merece ser acosada tan brutalmente”.

Insistió en que la vida de la joven “estaba siendo condicionada por el acoso de este individuo”, recordando medidas como “poner cámaras de vigilancia en su vivienda y cambiar de número de teléfono”. “El machismo que irradia su obsesión por ella hizo que este ser, posiblemente, se creyese con la potestad de arrancarle la vida”, denunciaron, pidiendo que “no nos amedrentemos cuando veamos una situación de acoso porque sea vecino, conocido o desconocido, porque los feminicidas también viven cerca de nosotros”.

“No podemos permitir que este caso quede en el olvido”, destacó, reclamando que “esto no puede suceder más”. “Pedimos justicia por la vida de Jessica. Sabemos que nunca más la vamos a recuperar, que nunca más podremos ver su sonrisa, ni escuchar su voz, y por eso clamamos que este caso no quede en el olvido, que se haga justicia. Queremos que José Eirín pague con la pena máxima por arrancarnos lo que más queríamos en esta vida”.

Supuestamente acosada

Jessica Méndez, vecina de Verducido pero con casa familiar en Barro, no pudo recuperarse de las graves heridas sufridas cuando, supuestamente, Eirín embistió con su coche el de ella en un cruce de la N-550. La víctima, de 29 años, fue enterrada en la parroquia pontevedresa el pasado domingo.

Según las sospechas de la Guardia Civil, José Eirín, vecino de Barro de 41 años, le arrebató la vida el pasado jueves al empotrar su coche supuestamente de forma intencionada contra el que conducía la mujer.

Ambas familias, la del presunto homicida y la de la víctima, “siempre tuvieron una muy buena relación de amistad”, según apuntan algunos allegados, y el inmueble de la familia de Jessica se sitúa apenas a 50 metros de la casa familiar de José Eirín. Pero la mujer era víctima de una “persecución y acoso” a la que Eirín supuestamente la sometía desde hacía mucho tiempo, a pesar de que esta “nunca tuvo la menor relación con él”, explican amistades “íntimas” de ambas familias. “Eso sí que me gustaría que quedase claro”, insisten esas fuentes. “La relación de ella con él se limitaba a un hola y un adiós, nunca había habido nada entre ellos, ni ella le dio pie a nada”, aseguran. Esta situación llegó a tal extremo que ella llegó a bloquear al supuesto “acosador” en su teléfono ante las reiteradas llamadas y mensajes.

Hacía ya años que Jessica era feliz con su pareja, con la que vivía en Portas, y había encontrado un trabajo en el que se sentía realizada en una tienda de ropa en Cambados. Pensó que el “acoso” por parte de José Eirín acabaría pasando.

No fue así. Según las investigaciones de la Guardia Civil, todo hace indicar que el pasado jueves José Eirín, al volante de su coche, embistió el vehículo de la joven cuando estaba parado en un “stop” tras acudir la víctima a la casa familiar de Constenla, en donde reside su hermana. Estrelló el coche contra la zona en la que se encontraba Jessica sin dejar marcas de frenada en la calzada. La joven murió horas después en el hospital.

¿Por qué violencia machista pero no de género?

“Las circunstancias no son las que nos gustaría que fuesen, pero se puede hablar claramente de un feminicidio. En un principio esto parecía otra cosa, pero hemos visto cómo poco a poco cambiaron las tornas”, declaró Susana Rosillo, del Colectivo Feminista de Pontevedra, a las puertas del juzgado de Caldas, donde también insistió en que “no podemos mirar hacia otro lado”. Explicó que “de momento no hay una sentencia firme ni un vínculo estrecho de pareja ni sentimental, con lo cual no creo que se vaya a tratar, o mucha suerte vamos a tener, como un acto de violencia de género. Se habla de feminicidio y de un acto de violencia machista”, recalcando que “no se puede dejar pasar, no es un homicidio más por lo que se demostrará con el paso del tiempo”.

En este sentido, lamentó que “demostrar un acoso es muy complicado, parece que también tenemos ese miedo a denunciar por si no nos creen, pero ante la duda yo siempre digo que se denuncie y no me cansaré de decirlo, porque por muy pequeños que sean, son granitos de arena que van cayendo en un murito. No se puede mirar hacia otro lado, y lo digo con el corazón en un puño, porque son situaciones muy difíciles de demostrar”. Por su parte, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, manifestó que “vamos a ver cómo va la investigación. Ahora mismo lo que tenemos es un accidente de tráfico y que se está investigando como homicidio doloso”.

Los concellos de Pontevedra y Barro condenaron el presunto homicidio de Jessica Méndez y pidieron que se investigue de forma exhaustiva un suceso que “todo indica que va más allá de un accidente de tráfico” y señalaron que se trata de un “feminicidio”.

“Hay que pedir justicia por Jessica”

Allegados y familiares de la víctima se concentraron a las puertas del juzgado de Caldas, donde recibieron y despidieron con gritos e insultos al acusado de matar a Jessica Méndez. Este grupo de alrededor de una veintena de personas, entre las que estaban el hermano y la pareja de la joven, así como miembros de su familia política, reclamó sobre todo justicia porque

Con el detenido ya dentro del juzgado, los allegados continuaron muy nerviosos y con gestos de impotencia, profirieron expresiones como “no hay derecho” o “no hay justicia”. No quisieron hacer declaraciones y pidieron que se respetara la intimidad de la familia en estos momentos tan difíciles. Solo dijeron que “hay que pedir justicia por Jessica, por favor”.