Esteban Outeda, un ganadero de Armenteira (Meis) denuncia que los lobos le mataron una vaca cachena en un ataque que se produjo en la noche del lunes para el martes de esta semana. Afirma que el animal estaba dentro de un cierre metálico, situado a escasos 200 metros de su vivienda, pero que nada de eso disuadió al depredador. “Debió meterse por debajo del cierre. Ahora, el ganado no está seguro ni dentro de un cierre de dos metros de alto”, lamentó.

Esteban Outeda es uno de los ganaderos que puso en marcha un proyecto para la creación de un recinto en el monte Castrove en el que poder criar caballos. Lleva meses quejándose de los ataques del lobo a los equinos, y sostiene que el animal también se está cebando con el ganado doméstico. En su opinión, la protección que brinda la administración al lobo va en contra de los ganaderos, puesto que las indemnizaciones son lentas y jamás cubren los daños reales. “No sé lo que me darán por la vaca, pero perdí dinero sí o sí”.

Sostiene que la res era de raza cachena autóctona y que estaba preñada, por lo que su valor económico era elevado. “Una vaca así puede estar valorada en 1.800 euros. No sé cuánto me darán, ni cuándo. Me pagarán dentro de un año, o dentro de año y medio, cuando ellos quieran”.

Outeda también alerta del hecho de que haya ataques que se producen en las cercanías de lugares habitados, como este último, que se registró en las proximidades de Valboa, una aldea de la parroquia de Armenteira situada en la falda del monte Castrove. Por ello, el ganadero afirma que se sintió dolido cuando la alcaldesa, Marta Giráldez, manifestó en declaraciones a FARO que este año solo habían recibido en el Ayuntamiento un aviso por ataques de lobos. “Es algo que está sucediendo. Sigue existiendo el problema, lo que pasa es que se ha vuelto tan común que la gente ya no llama al Concello”. Hay que tener en cuenta, además, que a efectos oficiales, los vecinos que hayan sufrido pérdidas por el lobo deben comunicarlas a otras instancias, no necesariamente al Ayuntamiento.

Hace apenas un par de semanas, el presidente de la comunidad de montes de San Tomé de Nogueira, Francisco Casás, afirmó también que se estaba notando la presencia de lobos en el monte Castrove. Él, de hecho, ayudó a los criadores de caballos a localizar un animal herido en una pata, que llegó al área fluvial de Porta Pisón.

En noviembre de 2019 se había producido una fuerte alarma social en Meis por los ataques de lobo. Luego la situación se calmó, pero el año pasado volvieron las quejas.