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Vuelven las dudas y el miedo a viajar en vacaciones

Agencias de O Salnés perciben un repunte de las cancelaciones

Mar Rodríguez, directora de Tee Travel y presidenta de Avipo Cedida

María Calvo llevaba meses organizando un viaje de grupo a Alemania. Ya tenía reservadas la mitad de las plazas, y puesto que la salida estaba prevista para junio, confiaba en que al final lograría completarlas todas sin demasiados problemas. Pero la salvaje invasión de Rusia a Ucrania lo trastocó todo de la noche a la semana. De repente, el teléfono de la agencia de viajes que María Calvo dirige en Vilagarcía empezó a sonar. Del otro lado estaban aquellos que habían reservado para el viaje de Alemania. Ya no querían ir. Tenían miedo.

“Tuvimos que anular el viaje porque la gente empezó a echarse atrás. Alemania es un país que está cerca del conflicto, así que ya no lo vamos a intentar más. Quizás intentemos hacer uno a Francia”, afirma la gerente de Viaxes Carballo Galicia, una agencia radicada en Vilagarcía. Como ella, muchas otras han sufrido situaciones similares en los últimos días.

Primero fue la pesadilla del coronavirus; ahora, el infierno de una guerra inhumana. El sector turístico vuelve a estar contra las cuerdas, precisamente al inicio de un año que se presumía excelente. Galicia vive su segundo Ano Santo Xacobeo consecutivo, el que se pensaba que sería el de verdad, y muchos ciudadanos tenían unas ganas enormes de salir fuera tras las privaciones de dos años de pandemia. Unas expectativas que la invasión de Ucrania podrían arruinar.

María Calvo, a las puertas de Viajes Carballo Galicia INAKI ABELLA DIEGUEZ

Mar Rodríguez, gerente de la mayorista Tee Travel y presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes de Pontevedra (Avipo) sostiene que, “la guerra nos está afectando mucho, la gente tiene miedo”. Cuenta que, en el caso de Tee Travel, tenían contactos con viajeros de Estados Unidos o Australia que ya han dicho que por ahora no volarán a Europa. “Aunque Galicia esté lejos del conflicto, ven un poco absurdo salir de sus países para acercarse al problema por un viaje de ocio”.

En el caso de los viajeros españoles, no cancelan tanto, pues mucha gente se siente más tranquila desplazándose a destinos de proximidad, pero también se ha frenado la carrera contra el reloj que se presuponía que iba a ser esta primavera. “En el caso de los viajeros españoles se ha ralentizado la demanda -afirma Mar Rodríguez-. Podemos decir que hay un 30 por ciento menos de llamadas de las que sería esperable”.

Rodríguez añade que no solo descendieron las peticiones de información o presupuestos, sino que la gente, “también se retrae más a la hora de confirmar”. “Después del COVID veíamos que la gente tenía muchas ganas de viajar. Y como contábamos con que este Ano Xacobeo sería importante, todo el mundo estaba dispuesto a reservar con mayor antelación, porque se contaba con que este año habría una ocupación alta”. ¿Y ahora? Manda otra vez la incertidumbre.

Los combustibles

La guerra no solo supone una amenaza para el sector turístico como generador de incertidumbre, sino que también causará una subida sin precedentes de la inflación. Los carburantes ya marcaban precios históricos desde semanas antes de la invasión, pero todavía se han disparado aún más desde entonces.

María Calvo confirma que, “varias aerolíneas ya nos han notificado que van a subir las tasas”, y estima que el precio de los vuelos podría incrementarse en breve entre un 20 y un 30 por ciento.

Según ella, las compañías subirán el precio en esta proporción no solo por el alza actual y la previsible del futuro en el precio de los combustibles, sino también para compensar la pérdida que experimentarán con los viajes vendidos y cobrados ya hace tiempo, pero que aún no se han producido.

Mar Rodríguez, de Avipo, también da por hecho que van a subir los vuelos. “Está subiendo todo, y también los combustibles, así que es muy probable que eso termine repercutiendo en los vuelos”.

Por ello, ambas profesionales opinan que quien quiera encontrar un viaje a buen precio, deberá ser más previsor si cabe que otros años. María Calvo es consciente de las dificultades de hacer planes en un momento tan incierto como el actual, “pero se supone que cuanto antes se contrate, mejor precio se obtendrá”.

Las lunas de miel aguantan, pero no así las salidas del Imserso

En condiciones normales, a partir de marzo es cuando se reservan las vacaciones de verano. Entre este mes y el de abril es cuando la mayoría de los viajeros acuden a las agencias, puesto que a medida que las aerolíneas van vendiendo plazas de sus vuelos, suben el precio de los asientos que van quedando libres. Mar Rodríguez, presidenta de Avipo, argumenta que, “estaba empezando a aumentar el ritmo de reservas, pero ahora se ha ralentizado”.

Este momento del año también es importante para los viajes del Imserso. Pero son igualmente sensibles a la inestabilidad actual. María Calvo afirma que “hay gente que anuló viajes, incluso perdiendo los anticipos. Nosotros hemos tenido ocho anulaciones esta semana. Volvió el miedo a viajar”. Y es que el turismo es uno de los sectores más vulnerables en los momentos de inestabilidad. “Estamos todos muy escépticos”, confiesa Mar Rodríguez. Lo que sí aguantan por ahora son las reservas de los viajes de novios, al tratarse se eventos que se organizan con una mayor antelación y que en algunos casos ya llevan tiempo contratados y pagados.

Otra recomendación de los profesionales para los consumidores es que pregunten por las condiciones de sus contratos en relación con los precios de los vuelos. Por norma general, si un viaje está ya contratado, la aerolínea tendrá que respetar el precio acordado aunque el desplazamiento aún no se haya producido, y para entonces los costes de combustible sean mucho mayores. Pero también puede haber casos en que la empresa se niegue a mantener el mismo precio. En ese caso, el cliente siempre tendría la opción de rescindir el contrato y de recibir de nuevo su dinero, aunque perdería los gastos de gestión.

Hay que tener en cuenta que los presupuestos de los vuelos son extremadamente volátiles. Así lo demuestra una búsqueda simple por internet: el precio de un viaje puede variar en el mismo día. “Normalmente, yo solo puedo dar un margen de tres días en los presupuestos de los viajes en avión”, dice María Calvo. Con los alojamientos no sucede eso, pues los precios son mucho más estables, pero las compañías aéreas trabajan de otra forma. Del mismo modo, se recomienda a los consumidores que pregunten por los seguros y sus coberturas. La contratación de estas pólizas se ha disparado a raíz de la pandemia, y han sido una herramienta necesaria para paliar el COVID.



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