El carnaval 2022 ya es historia en la comarca. Ayer se había convocado a los arousanos para asistir a actos de despedida del mismo, tales como el Enterro da Sardiña de O Grove y Vilagarcía o la siempre multitudinaria quema del Momo de Vilanova; ese mítico personaje cuya identidad se mantiene siempre en el anonimato hasta el último momento.
Fue así como, después de tanta intriga y alguna que otra polémica en torno al mismo, se supo que el símbolo del Entroido vilanovés estaba estrechamente relacionado con el no menos polémico festival de Benidorm previo a Eurovisión.
O Grove y Carril (Vilagarcía) quemaron a la sardina y, de este modo, escenificaron el adiós del Entroido 2022. Lo mismo que hizo Vilanova, en su caso con un personaje tan mítico y popular como el Momo, este año representando a Máximo Huerta (“Maxim” para los amigos) en su papel de presentador del controvertido Benidorm Fest.
De este modo, como sucedió el sábado en Cambados, donde también enterraron el “Benidorm Fest”, o en Ribadumia, donde se quemaba la gallina de Barrantes, lo que hicieron ayer los arousanos fue pasar página de un Entroido que, sin llegar a ser como los de antes de la pandemia, ya que las limitaciones por COVID siguen presentes, permite, al menos, albergar ciertas esperanzas.
A la espera de que el de 2023 pueda resultar mejor y las restricciones sean ya agua pasada, muchos se guardarán en la retina las imágenes que deja la fiesta del Momo vivida en la localidad vilanovesa, ya que volvió a demostrar que se trata de uno de los grandes acontecimientos de cada carnaval.
Un millar de protagonistas y 39 comparsas
En ello abundaba Javier Tourís, el concejal vilanovés de Cultura, cuando destacaba la nutrida participación en el desfile, con más de un millar de personas disfrazadas que daban un formidable ambiente festivo a las calles de la localidad y su sector hostelero.
Poco después de que arrancara el paseíllo del exministro Máximo Huertas, el alcalde, Gonzalo Durán, confirmaba el éxito de participación y declaraba que estaban desfilando “39 comparsas, mientras que en 2020, justo antes del confinamiento, habían sido 36, por lo que podemos concluir que estamos ya en niveles prepandemia y que el nuestro es uno de los mejores carnavales de Galicia”.
A su juicio, esto demuestra que “se están recuperando el espíritu del carnaval y las ganas de divertirse y de vivir”, de ahí que ayer “la gente lo pasara estupendamente, bailando y divirtiéndose por todo el pueblo”, insistía Durán.
De Poio, Salceda, Tomiño, Pontevedra y Vilagarcía
Y el protagonismo no era solo para los grupos locales, sino que entre los integrados en el desfile los había llegados desde lugares como Poio, Salceda de Caselas, Tomiño, Pontevedra o Vilagarcía, por citar algunos ejemplos.
Lógicamente, entre la multitud que tomaba las calles para presenciar tan divertida procesión carnavalera, había muchos ciudadanos de tales localidades.
Pero también de otros municipios de las comarcas de O Salnés y Caldas, así como de otros puntos de Galicia.
Una vez más quedaba patente que el Enterro do Momo, este año presentado por el humorista Xacobe –con el actor y presentador Isi como invitado–, es todo un acontecimiento cuya fama no deja de ir a más.
Adiós sardina, adiós
Ya se había anunciado que con “Pacucho” Álvarez y Pablo “Ozo” como protagonistas, el Enterro da Sardiña de O Grove iba a ser este año diferente a todos los anteriores.
Se desarrolló ayer, como colofón a un Entroido Meco importante pero descafeinado, ya que el gran plato fuerte del mismo es siempre su festival de comparsas, y la pandemia lo ha saboteado tanto este año como el anterior.
Al menos, O Grove salvó los muebles como pudo y piensa ya en el carnaval de 2023.
