Vilagarcía celebró ayer un martes de Carnaval atípico, si bien cabe matizar que en comparación a tiempos prepandémicos. La principal lectura es que se ha recuperado una fecha que se espera que vuelva a ganar músculo en años venideros en cuanto a participación y visibilidad por las calles de la ciudad.

El Tongo Fest se hizo notar con música y buen humor. | // I. ABELLA

La baja participación que ya se intuía días atrás quedó patente en la tarde de ayer. Ese fue el motivo que determinó la decisión de la Concejalía de Cultura de suspender el desfile a modo tradicional para convertir la celebración en una fiesta-concurso abierta a todo el público con A Peixería como escenario.

Una componente del disfraz “Meigas, sapos e troulas”. | // I. ABELLA

Para incentivar a grupos, parejas y a aquellos que quisieran acudir a título individual, desde el Concello de Vilagarcía decidieron mantener los premios económicos que iban a destinarse al desfile con unas cantidades que oscilaban entre los 1.300 euros para los grupos más numerosos hasta los 50 para los terceros clasificados en las modalidades individuales o de parejas.

Un momento del showcooking en el Salón Peña. | // I. ABELLA

Las inmediaciones de A Peixería se convirtieron en una importante concentración de personas durante toda la tarde. Todos los asistentes esperaban en el exterior del recinto el turno para poder mostrar su indumentaria, su coreografía y su actitud a un jurado que esperaba en el interior y que tuvo que deliberar concienzudamente los primeros clasificados de cada una de las categorías.

Un total de seis disfraces participaron en la modalidad de grupos de más de 20 personas. Las temáticas eran muy diferentes. Las había en alusión al mediático Benidorm Fest con todos los grupos finalistas representados. No faltaban ni las Tanxugueiras, ni Barry Brava, ni tampoco una teta gigante para hacer referencia a Rigoberta Bandini. Todo ello bajo el título de “Tongo Fest” y con el colegio de A Escardia como protagonista.

El parchís del Vagalume fue otro de los disfraces que destacó por su colorido, así como la “Foliada” del Anexo A Lomba. Los de la tribu “O que queira que veña”, “O circo” o “Le damos colorín al amor y al festín” también participaron en la categoría de grupos más grandes, recayendo el primer puesto y 1.300 euros, precisamente en este último, el de Os Remolóns de Sobradelo. El segundo puesto y 800 euros fue para el Anexo A Lomba y el tercero, con 500 euros, para el “Tongo Fest”. También hubo un accésit por animación a la colorida tribu por valor de 400 euros.

En los grupos de menos de 20 integrantes, los 800 euros para el ganador recayeron en “Antes das once” que recreaba las dificultades de la tercera edad para realizar gestiones en sus bancos. Para “Os músicos” de O Grove se fue el segundo puesto (500 euros) y “Las Chiqui M&Ms” completaron el podio con 300 euros.

Los padroneses “Xan e Pericán” ganaron en la categoría de pareja de adultos y en individual la mayor puntuación fue para “Don Moucho”.

El disfraz infantil individual tuvo como ganador a “A Raíña Vermella” y en pareja se impusieron “Las guacamayas” siendo el único disfraz participante en la categoría.

La cocina se suma en Cambados al espíritu de Don Carnal

También en Cambados, con la colaboración del Concello, la cocina se sumó como ingrediente del atractivo carnavalero. Fue gracias a un showcooking llevado a cabo por los alumnos del obradoiro de empleo “Hostalería do Salnés XIII”, promovido por la Mancomunidade do Salnés y subvencionado por la Consellería de Emprego e Igualdade. Los futuros cocineros, guiados por el docente Paco Caneda, realizaron tres elaboraciones en las que los ingredientes estrella fueron los productos típicos del Carnaval: tacos tequileros con toques aromáticos de Carnaval; disfraz de patata con relleno de lacón con grelos y helado de canela, crema de arroz con leche y crocante de orejas de Carnaval. Por su parte, los alumnos de Restaurante-bar, asistidos por su profesora Pili Amoedo, rindieron homenaje a la Capital del Vino Albariño preparando un mojito albariño mientras que para los más pequeños hubo orejas y un “smoothie” de frutas.