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Tribuna Libre

Se debe reflexionar

El dogma de la “infalibilidad papal” fue instaurado en 1870 y se traduce en que todo lo que el Sumo Pontífice haga o diga es infalible y su opinión irrefutable. Cada día que pasa estoy más convencida de que en Vilagarcía tenemos un gobierno que actúa como si se encontrase bendecido por ese dogma. Todo lo que hagan o digan es infalible y su opinión irrefutable. O al menos eso creen.

Soy una persona que tiendo a reflexionar mucho sobre mis actos y decisiones. De ahí que me sorprenda ver esa infalibilidad con la que actúa el gobierno local, sin atisbo de cuestionamiento sobre si realmente sus decisiones benefician o perjudican a Vilagarcía.

Con dificultades para acceder, aparcar y moverse, los visitantes simplemente dejarán de venir a Vilagarcía. Porque como tantas veces le he tenido que aclarar al gobierno: Vilagarcía no es Pontevedra.

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Por poner solo dos ejemplos: ¿cuál es el beneficio de una ciclovía si lo único que hace es dificultar el tráfico, suprimir aparcamientos y crispar a la gente? O ¿cuál es el beneficio de peatonalizar calles sin dar alternativas para que hosteleros y comerciantes puedan realizar tareas de carga y descarga? En mi opinión (y cada día la de más gente), estas medidas, lejos de beneficiarnos, perjudican a una ciudad que vive en gran medida del exterior.

Con dificultades para acceder, aparcar y moverse, los visitantes simplemente dejarán de venir a Vilagarcía. Porque como tantas veces le he tenido que aclarar al gobierno: Vilagarcía no es Pontevedra. Por ejemplo, porque en la capital provincial no tienen una vía de acceso principal congestionada todo el día como es la avenida de Rosalía de Castro. O porque mientras que en Pontevedra el 76% de la población vive en el centro, en Vilagarcía casi la mitad del vecindario lo hace en las diferentes parroquias. Cada ciudad tiene sus características.

De modo que este modelo de ciudad también dificulta los traslados de los propios vilagarcianos. De ese 50% de población que cada día se traslada desde nuestras parroquias e incluso de los que vivimos en el centro, pero cada vez con menos calles para circular. Porque donde no hay una fuente, hay un comecocos. Todo menos aparcamientos. desde luego.

Y precisamente debido a esa infalibilidad con la que actúan Alberto Varela y todo su gobierno, todos los que tenemos algún tipo de crítica hacia sus decisiones somos prácticamente unos herejes. Cuando la realidad es que en Ravella ninguno somos infalibles ni nuestras opiniones irrefutables. Y muchísimo menos este gobierno.

*Ana Granja, portavoz del PP de Vilagarcía.

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